Escribí un artículo sobre el supuesto plagio de Samsung a Demián Rugna para el Suple NO, de Página/12.
Se lanza una advertencia: la Tierra
está en peligro, hay riesgo de invasión. La civilización se detiene. No hay
amistosos ni mundiales, sólo este partido de partidos. Desde ahí, comienza a
correr un conteo final: 10, 9, 8, 7, 6... Y a partir de acá, por si no fuera
suficiente con su destreza marciana y su fisonomía de laboratorio, Messi se
pone un traje biomecánico. Lionel Andrés Messi Cuccittini puede ser el salvador
de nuestra raza. Seguro, enamorado de la victoria como siempre, se dispone a
ganarle a su rival de turno: un convoy de enormes extraterrestres dispuestos a
quedarse con el planeta Tierra. Okay, la pelota va a rodar pero Messi, el mejor
jugador de fútbol de la humanidad, no está solo. El pánico no cunde porque,
claro, a su lado están cracks de su altura: Iker Casillas, Radamel Falcao,
Landon Donovan, Mario Götze y hasta Cristiano Ronaldo. Y este será el dream
team encargado de defender al planeta ante unos alienígenas que aterrizaron
-vía unas cápsulas intergalácticas- en unas canchas auxiliares y que -sí, no es
joda- vienen por todo.
El fútbol es el deporte más bello del
mundo, con o sin extraterrestres. De ser real, sería la amenaza más divertida
que llegaría a la Tierra jamás. Por ahora, es sólo una fábula. Y este contenido
fue llevado a la práctica por la marca Samsung, a través de un proyecto
transmedia. ¿Un qué? Una historia de ficción contada a través de diferentes
formatos o medios, como Internet, televisión, diarios impresos y demás. Lo
novedoso es que van complementándose unos a otros. El dato: las películas
tanques, hoy, se estrenan así, donde juegos y aplicaciones completan y amplían
las historias troncales. El público se convierte en un agente activo de la
historia.
Y este cuento de Messi, Cristiano y
extraterrestres viene con una polémica: un cineasta argentino denuncia a la
multinacional por plagio. Demián Rugna, director del film Malditos Sean!,
dice que “en 2010 estaba buscando la forma de hacer una película que por otros
medios sería imposible de financiar. Le busqué la vuelta y desarrollé una
historia transmedia. En 2011 la registré y empecé a tocar determinadas puertas
del ámbito empresarial para mostrar el proyecto. En una de mis pautas, lo que
hice fue incorporar a Samsung como ejemplo de posible auspiciante”. La sorpresa
de Rugna: “En noviembre de 2013 sale la primera puntita del proyecto, que
arrancaba muy similar al mío. Ahí me puse en alerta”. La bomba: “A medida que
fueron pasando las semanas, iba apareciendo casi de la misma forma a como lo
había desarrollado yo. Ahí dije: me afanaron”. El cineasta denunció a Samsung
Argentina por plagio. Fueron a una mediación y no se pusieron de acuerdo.
Llegaron a una segunda instancia donde, a decir de Rugna, “ellos se deslindaron
de todo”. En ese momento fue cuando el autor local decidió mediatizar el caso
con unos videos virales que expandió usando las redes sociales. ¿Qué busca el
director? En su boca: “Que se sienten a hablar los peces gordos conmigo. Que
por más que sea argentino, el contenido lo inventé yo”. Entonces, comprobado,
siempre que una pelota ruede, habrá tela para cortar. Y acá, además de pelotas,
hay mucho más. La advertencia –con o sin riesgo de invasión- ya fue lanzada: la
polémica arranca en 5, 4, 3, 2...
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