Artículo sobre Ouya, consola de videojuegos con código abierto

MEDIO: Suple No, Diario Página|12
FECHA: Febrero 2013
Ouya, primera nota en el Suple No. ¡Yey!

Un dúo de desarrolladores independientes patea el tablero: crearon la primera consola de videojuegos con código abierto, basada en Android y financiada por plataformas colaborativas. ¿Estamos en las puertas de una (nueva, nueva, nuevísima) revolución? Ya hay argentinos que la tienen. | Por Hernán Panessi

Parecía difícil. (Más no imposible.) Se está expandiendo el mercado de los videojuegos. Y fue el año pasado, cuando apareció una película que contaba las peripecias de un grupo de jóvenes desarrolladores intentando terminar y posicionar sus productos. Por caso, “Indie Game: The Movie” reflotaba la esperanza de quienes daban toda su vida por los fichines (“Si fracaso, me suicido”, diría allí el intenso Phil Fish, creador del indie game FEZ) y a cambio recibían... bueno, no mucho. Y desde ahí, bajo esa coyuntura, enlazados a aquella lógica de autogestión y puro pecho, brotó una sentencia que incita novedad: una consola de videogames que permite hacer tus propios juegos, publicarlos y hasta incluso modificar, toquetear, hackear, hacer crecer su hardware. Se llama Ouya (se pronuncia: “UUU-yah”), saldrá en marzo, es norteamericana y se parece a un cubo Rubik.

En los cambios de paradigmas tecnológicos, Ouya, que se dispara a la dimensión sideral de las epopeyas modernas, se inscribe al concepto de “código abierto”. Aquel donde el software deviene libremente apoyado en los beneficios de poder acceder a su código. Sí, con fuente abierta y, otra vez, modificable, toqueteable, hackeable, lista para crecer. Así, la Ouya, consola de videojuegos que funciona con el sistema operativo Android, fue posible gracias otro de los experimentos más novedosos del 2.0: el crowdfunding. Julie Uhrman (fundadora) e Yves Behar (diseñador) subieron el proyecto a Kickstarter y el primer día obtuvieron 950 mil dólares y unos -¡atención!- 8.5 millones de dólares en total. Si bien todavía no se oficializó su venta, ya hay argentinos que la tienen: “Estamos haciendo pruebas para ver cómo funciona”, dice Hernán Sáez, desarrollador independiente en Videogamo (responsables del arcade Nave y del videoclip-juego “Hoy”, de la banda Bicicletas). Es que Ouya todavía es un prototipo. Un concepto mutable que busca feedback (otra vez: autogestión, retroalimentación) para encontrar su punto justo. ¿Cómo conseguirla? A través del sitio de la compañía (www.ouya.tv) y se podrá reservar vía Amazon.

Y en el mejor momento de los videojuegos independientes, la empresa Activision anuncia el nuevo Call of Duty -juego de disparos en primera persona que, a esta altura, y casi ininterrumpidamente desde el 2003, cuenta con una frecuencia anual- denotando el poco riesgo que abordan las grandes compañías. A costa de sus presupuestos astronómicos -la realización de un Call of Duty cuesta algo así como 40 millones de dólares: ¡es Hollywood en fichines!-, las grandes compañías no se la juegan: van a lo seguro. Por ello, desde los márgenes, ocurre un fenómeno inverso: se da rienda suelta a la imaginación, suceden los milagros (¿quién imaginaría, por ejemplo, a un juego protagonizado por un pedazo de carne saltarín financiado por el mainstream? Buscar en YouTube -para volverse locos-: Super Meat Boy). Así, el culto por lo diferente sumado a los nuevos aires traídos por plataformas de difusión como el Steam (o para juegos independientes: Steam Greenlight, donde desarrolladores suben sus proyectos, el público los vota y el ganador obtiene una distribución mundial, convirtiendo cualquier juego hecho por algún hijo de vecino en un éxito instantáneo) sin olvidar al boom 2.0 de la financiación colectiva, hicieron que proyectos como Ouya se posicionen directamente en un lugar de privilegio. Ese que, en la historia de Kickstarter, nacidos allá por 2009, se erige como el segundo en obtener más dinero, detrás de la aplicación de diseño Peeble: E-Paper Watch, que recibió más de 10 millones.

Ante la salida de consolas, y pese al avance en identificación de sectores de consumo, los públicos que corresponden a cada quién, han sido siempre una incógnita. Por eso, hay que tener en cuenta algo: Ouya no competirá directamente con Microsoft, Sony, Nintendo et al., sino que viene a captar un nicho abandonado por las grandes firmas: el de los hardcore gamers, los desarrolladores, los de la cultura independiente, los amantes del retrogaming y, ajám, en consecuencia, los modernosos. En un momento histórico en donde los smartphones, las tablets y las PC están ganando terreno, Ouya arremete -¿lo hará como una tromba o será, apenas, una consola más?- como un concepto intermedio: es barata (costará unos 99 dólares), portable, tiene Internet, gamepads y se juega con una tevé. Parece que el cosmos de los desarrolladores se volcará hacia ahí. Habrá que ver, claro, cómo se monetizará el asunto para que todos salgan ganando.

Dado que aún no hay juegos terminados –quienes tienen el hardware lo consiguieron a través del “kit de desarrollo” ganado en Kickstarter por $700 dólares-, lo que abundan son demos, emuladores y juegos en versión beta. “Estoy en la mesa de trabajo. Tengo como proyecto hacer un juego para la Ouya”, dice Douglas Grillet, desarrollador egresado del la escuela Image Campus, otro de la tríada de personas que poseen la consola en nuestro país. El tercero es Máximo Balestrini, también de Videogamo. Aquí, entonces, el mercado más razonable será el del Free-To-Play (no, no hace falta Wikipedia: cualquier videojuego social/aplicación movil que dé la opción a los usuarios jugar o descargar sin necesidad de pagar –un saludito para Steve Jobs por acá-), monetizando cuestiones satelitales como más niveles, elementos adicionales y cuestiones estéticas. A la sazón, Grillet agrega: “Se trata de una consola muy poderosa. Posiblemente más que un PlayStation 2 y un Xbox 1 juntos”.

La Ouya, que todavía no terminó de desembarcar y ya prometió renovarse una vez por año, tiene algunas saludables competidoras. Tal es el caso de Gamestick (www.gamestick.tv), que también funcionará en base Android. Pero, claro, al tratarse de la primera, mantiene el foco de atención. El mismo que posicionaron Google, Netflix, Amazon y Hulu para aliarse y hacer servicios de streaming en conjunto. El mismo que en la última Game Jam –suerte de zapada universal de desarrolladores que tiene en la Global Game Jam a su mamá y papá- convocaron cibernéticamente a miles de personas para proponer prototipos de juegos. El mismo que, en un momento donde las industrias culturales empujaron una lucha contra la piratería, los usuarios (y por extensión: la industria independiente) se ponen en guardia y lanzan una piña llena de ideas. Así las cosas, los márgenes le dan un F5 a la industria. Una vez. Y otra vez más. Y todas las veces que sea posible hasta que la cosa se actualice.

Entrevista en IT Show Radio

MEDIO: IT Show Radio
FECHA: Febrero 2013

El otro día estuve en IT Show hablando sobre el famoso mete-saca, la piratería en Internet, la resistencia de la industria del porno, el origen del género y mucho más. Lo escuchan acá.

Staff de Lamujerdemivida Nº 69

MEDIO: Lamujerdemivida

FECHA: Febrero 2012

Entrevista con Alfredo Rosso por VideoFlims Distribución

MEDIO: La Trama Celeste (Radio AM 750)
FECHA: Febrero 2013
Entrevista con Alfredo Rosso, acá. (¡Le dije cuánto lo admiraba!)

Artículo sobre Zero Dark Thirty

MEDIO: Revista La Cosa - Cine fantástico
FECHA: Enero/Febrero 2013
Página 01, página 02, página 03.

En algún momento, Alan Moore escribió Watchmen y V de Vendetta como una crítica al gobierno de Margaret Thatcher y la Era Reaganiana. Y devino paradigma. Tiempo después, en esa lógica, Kathryn Bigelow se despacharía con La Noche Más Oscura, un poco para exonerar la culpa social y otro poco para señalar y entretener. A la sazón, Hernán Panessi nos cuenta los vaivenes del cine norteamericano post-atentados.

Desde Argentina, el 11 de septiembre del 2001, Jorge Rial, en vivo por Radio La Red, aún desconociendo la situación específica de aquel momento, dijo una frase muy poderosa: “ni a Spielberg se le ocurriría esto”. Diez años más tarde, la Disney compraría los derechos del Team 6, el equipo de SEALS (Mar, Aire y Tierra de la Armada de los Estados Unidos) que capturó y asesinó a Osama Bin Laden. Y sobre el sueño lírico colectivo, la industria cultural norteamericana sigue procesando sus tragedias y compromisos bélicos en productos de entretenimiento. Como con Kathryn Bigelow, que en Vivir al Límite (The Hurt Locker, 2008) la rompió en los premios Oscar, pero, como ya sabemos, sí, aquello no es garantía para que al público le guste o triunfe en las butacas. (Fue la ganadora a “Mejor película” menos taquillera en la historia de los Estados Unidos.) Porque, a juzgar por las películas que tocan el tema del 11/9, el público no se siente tan a gusto. (Por caso, Claudia Puig, crítica cinematográfica del USA Today, iluminó el asunto: “Puede que sea por preocupación al caracterizar o por su corrección política, pero también refleja una perspectiva extendida sobre el género de terrorismo en el cine”.) Así pasaron, con temáticas desprendidas de aquel riñón, cuyo tiro por elevación fue criticar a la administración Bush, El Reino (The Kingdom, 2007), Entre Hermanos (Brothers, 2009) y Green Zone: Distrito Protegido (Green Zone, 2010), entre otras, sin ser del todo aprobadas por los estadounidenses (ninguna fue un fracaso rotundo, pero tampoco un éxito intenso). Ahora, nuevamente con olor a Oscar, la Bigelow vuelve con este tópico llevándolo al punto de la cuestión (la persecuta y ejecución del supuesto culpable del derribo de las Torres Gemelas –para conspiranoias, busquen en Internet: “Teoría de la Demolición Controlada” o “115 mentiras sobre los atentados del 11 de septiembre”-) con La Noche Más Oscura (Zero Dark Thirty, 2012). Ahí, en un concepto que viene del campo militar (“zero dark thirty” hace alusión a las doce y media de la madrugada, donde la noche es más oscura), y con un nombre improbable para Latinoamérica (¡La Noche Más Oscura!), Bigelow ya tiene en el bolsillo a todos las asociaciones de críticos de por allí y, es probable, arrasará con los premios de la Academia a pesar de lo que suceda con el público a nivel mundial.
En una cadena asociativa que pone a los héroes en un lugar de conflicto, como el especial conmemorativo The Amazing Spider-Man “Black Cover”, donde ninguno del Team Marvel pudo llegar a tiempo a las Torres Gemelas (con una estampa memorable: el splash page con superhéroes limpiando los escombros) hasta el film Act of Valor (2012), un largo donde el héroe es sólo héroe y nada más. Aquel que fuera un éxito (salió 12 millones, recaudó unos 70) y contaría con la U.S. Navy Seals como actores portando armas reales. Y desde acá surge la siguiente pregunta: ¿será que el público quiere olvidarse de la crítica social –allá Vivir al Límite & otras- y quiere ver simplemente a sus héroes masacrando a “los malos”?
Lo cierto aquí es que el 11/9 resulta un tema sensible para la opinión pública pero que, pese a esto, con el tiempo, fue volviendo la cuestión a foja cero. Y la venia, quizás, la dieron desde Saturday Night Live (la comedia, ¿cuándo no?) en el momento en que Ben Stiller se negara a asistir al show para promocionar Zoolander (2001), de inminente estreno, y terminaran llamando al Alcalde Rudolph Giuliani generando un diálogo memorable. “Nueva York tiene que seguir como siempre”, dijo Giuliani y enmudeció a todos. “¿Podemos ser graciosos”, le retrucó Lorne Michaels desde SNL. “¿Para qué empezar ahora?”, contestó riéndose. Momento duro cuya herida aún no fue sanada del todo pero que, sin embargo, la irreverencia ha hecho usufructo. Sólo basta recordar la anécdota que dio origen a Team America World Police (2004): Trey Parker y Matt Stone estaban viendo televisión. Se cruzan con Sean Pean y Larry King hablando sobre la política exterior, economía, et al. y dijeron ¡wou! Por eso, el mundo puede hacer ¡boom! nuevamente ante el estreno de La Noche Más Oscura con dirección de Kathryn Bigelow y cuyo deus ex machina es que, siempre, termina haciendo películas para los amantes de la acción. Esos fanáticos del “America, Fuck Yeah!” pero, también, de los héroes por los héroes mismos o, claro, de esos que, como dijo Peter Travers en la Rolling Stone, ven una de guerra pero no les gusta el cine de guerra. Sea como sea, la ficción y la realidad siempre, como con Rial o Disney, tienen intrínsecas sus cosmovisiones de mundo. El misterio es cómo resonarán estos (nuevos) disparos.

Bigelow y la Argentina
Además de haber sido una de las invitadas del 23er. Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y de tener un libro nac & pop sobre Cuando cae la oscuridad (Near Dark, 1987) –hecho por el amigo de la casa, Nic Loreti-, la ex de James Cameron tiene un gran dilema con Argentina, Brasil y Paraguay. Quiere filmar una película con La Triple Frontera y, en consecuencia, al tratarse de un lugar geográficamente sensible, los gobiernos turísticos de los tres países han ido desaprobando el proyecto. Por eso, hasta que no les presenten el script terminado, no van a tener apoyo oficial. Podría protagonizarla Tom Hanks y, hay que decirlo, el foro de discusión en la entrada de Bigelow en IMDb.com, a propósito del tema, no tiene desperdicio.

Rompecabezas para armar
Una tríada de películas que sirven para ordenar el pre y post 11/9.

PRE
Escándalo en la Casa Blanca (Wag the Dog, 1997) Un film visionario que nunca podría haber salido después del 9/11. Una guerra ficticia para mantener el status quo.
Contra el Enemigo (The Siege, 1998) Película premonitoria que cuenta la historia de un autobús que estalla en Brooklyn, donde dos agentes deben restaurar el orden.
Tres Reyes (Three Kings, 1999) Retrata el conflicto de Medio Oriente en los 90s y el dilema ante el “¿qué hacemos después de la guerra?” y el ayudar a los sometidos.

POST
World Trade Center (2006) Nicholas Cage hace de un bombero que termina dejando la clásica imagen del tipo-que-arriesga-su-vida-por-su-país. Dirige Oliver Stone.
Postal (2007) Crítica de Uwe Boll a la sociedad norteamericana. Muchos la consideraron como un live action de South Park. Muy delirante. Y, sí, Boll no falla.
Argo (2012) La Gran Estafa (Ocean’s Eleven, 2001) del thriller político. Dispara contra la CIA y los deja como unos ineptos que, incluso, le dieron asilo a Mohammed Shah.

Artículo sobre El Hombre con los Puños de Hierro

MEDIO: Revista La Cosa - Cine fantástico
FECHA: Enero/Febrero 2013
Página 01, página 02 y página 03

Quienes conozcan el concepto de “Quentin Tarantino presents...” sabrán que hay, en sus espaldas, siempre, una buena dosis de modernidad cinematográfica. Por lo demás, se viene El Hombre con los Puños de Hierro y Hernán Panessi, con cierta simpatía por los tipos implicados, nos cuenta porqué acá habría mucha pero mucha onda.

Si Daniel Craig se despista, el próximo Bond podría ser negro. Y de ahí en adelante, la posibilidad de suponer cualquier modificación en las convenciones más arraigadas –Bond es blanco e históricamente representó al canon de inglés caucásico- puede resultar menos shockeante. Como esa vuelta a las bases del blaxploitaition (no, a esta altura del partido no les vamos a decir qué quiere decir), donde suceden deformidades como que, por ejemplo, un rapero afroamericano se ponga a dirigir una de artes marciales à la cine oriental. Así, el cocoliche de la cultura pop todo lo permite cuando detrás aparece, en este caso, un cinturón negro de la onda (negro por blaxploitaition, ¡eh!, ¿eh?). Ese ser al que todos mencionamos como oracular pero que, de la vergüenza, no querríamos ni pararnos al lado. Porque, sí, los humanos queremos ser como Quentin Tarantino, aquel mitad alquimista, mitad embaucador (“el disc-jockey del cine”, a decir de un tuit sutil de Israel Adrián Caetano), que va convirtiendo en oro todo lo que toca. Pero Tarantino está para comerse al mundo solo. Un mundo donde, en general, el éxtasis como estado de plenitud máxima, y esto no es filosofía perenne sino ciencia, lo causan las drogas y el sexo, él corre ese eje hacia su filmografía –y vean, sino, cómo está la muchachada con Django Sin Cadenas (Django Unchained, 2012)-. Y aquí, uno de sus apóstoles, otro que ha tomado el timón en el mundo de lo prendido (en estos tiempos de advenedizos, donde citar a cierta gente legitima), el todoterreno Eli Roth, aquel que San Tarantino ya bendijo con Hostel (2005) y Hostel II (Hostel: Part II, 2007), produjo y escribió una película llamada El Hombre con los Puños de Hierro (The Man with the Iron Fists, 2012). Ésta que nos tiene acá hablando y que, teniendo todo el aparato elirothístico detrás, si bien no tuvo el éxito que esperaban en los Estados Unidos (costó 15 millones de dólares, recupero ídem), festejamos no sea apenas un estreno directo a DVD y llegue a las pantallas grandes de nuestro país.
Dice la leyenda que RZA, nacido como Robert Fitzgerlad Diggs –já, se llama “Robert”-, líder de los bronxeros shaolins de Wu Tang Clan, quería hacer una película de artes marciales extrema que durara unas cuatro horas. Tamaño acto de pretenciosidad –porque, okay, nos gustan los artistas un toque pretenciosos pero: ¿cuatro horas?- fue bajado de un ondazo por los productores, incluidos Eli Roth, quienes le sugirieron que haga una película más estándar. Y así fue. O tal vez no tanto. Tratando de capturar la esencia de los films chinos de la década del 60, la película se sostiene en la superestrella Russell Crowe y en figuritas como Lucy Liu, el mastodonte de Dave Batista (sí, el seis veces campeón mundial de la WWE), el mismo RZA o, incluso, en muchos de esos híbridos actores-peleadores como Rick Yune, Cung Le y Byron Mann, llenándose de granadas de fotones visuales tal como en Hobo with a Shotgun (2011) o en cualquiera de los falsos trailers de las hoy míticas grindhouse Rodríguez-Tarantino.
En la historia, con cuyo maridaje de hip hop-onderos-emos-avant garde (de Kanye West a The Black Keys, pasando por My Chemical Romance hasta John Frusciante) y kung-fu no podría devenir mejor, una serie de clanes buscan un legendario tesoro en oro en la China Feudal. Ahí, entre tanto patea culos, un humilde herrero deberá defenderse a sí mismo y a sus conciudadanos. Y pensando en que atrás hay una tríada de fascinados por la reverencia al cine dentro del cine dentro del cine –el carácter transitivo que lleva del Quentin Tarantino presents..., a la producción de Eli Roth y la dirección de RZA-, se hace corpóreo en El Hombre con los Puños de Hierro cuyos “Oohs” y “Uuhs”, sazonados con sensaciones de todos los gustos y colores (el cine se corre de la norma: así las cosas, un afroamericano dirigiendo cuentos made in China), son tanto de kung-fu como, perdón por la expresión, festivamente orgiásticos.

Los kioscos de Eli
En su texto “Film School Versus Set Experience”, que escribió para su amigo Lloyd Kaufman y su libro make Your Own Damn Movie, El Roth decía que había que meterse en todo lo que se pueda para obtener experiencia en cine. Y como Eli es un tipo que tiene un contrato fuerte con sus palabras, a lo largo de los años nos demostró que se puede coquetear con todo y ser digno siempre. Acá, algunos ejemplos.
Goretorium | Organizó en Las Vegas una gran muestra del –cuándo no- mundillo del gorno (es fan de eso, qué va a ser) y una fiesta de fin de año con atracciones afines.
Chile | Bajo las órdenes de su nuevo amigo, el chileno Nicolás López, protagonizó Aftershock (2012) e hizo un cameo en la romántica Qué pena tu familia (2012).
Documental | Participó de un documental para Discovery Channel donde lo testearon médicos para comprobar si era un psicópata. (En YouTube: Eli Roth is a psychopath.)
Exploitaition | Del experimento del trailer falso a la (semi) confirmación de largometraje: salió agitando por Twitter que haría Thanksgiving, una película de terror.

El catálogo de Quentin Tarantino presents...
Desde que Tarantino se pronunció como el Gran Hermano del Cine (ojo, no se fue de boca, siempre pela credenciales de cinéfilo) apareció el concepto de “Quentin Tarantino presents...”, una serie de películas, abaladas por su particular visión, distribuidas en DVDs o exhibidas en cines bajo su prestigiosa estela. Por allí andan: Héroe (Hero, 2002), Iron Monkey (1993), las mencionadas Hostel 1 y 2, entre otras, además de los Dragon Dynasty DVD, films de una subsidiaria de la Weinstein Company, importadora de películas asiáticas a los Estados Unidos. Y, claro, El Hombre con los Puños de Hierro.

Cinco experiencias que tenés que ver, escuchar o probar antes de El Hombre...
1. Operación Dragón (Enter the Dragon, 1973) No, por Bruce Lee no, sino por Jim Kelly, El Samurai Negro, el héroe blaxploitaition del kung-fu.
2. Rescate en el Barrio Chino (Big Trouble in Little China, 1986) Artes marciales de la Asia profunda en una película occidentalísima, mucho antes de Mortal Kombat.
3. Masacre Marcial IVX (2006) Con todo el desparpajo nac & pop, esta comedia de venganzas demuestra que Argentina tiene mucho por aportar en materia de patadas.
4. Shaq Fu (1994) Videojuego donde la estrella de basket Shaquille O’Neal era transportado a otra dimensión. Aquí, además, era un maestro del kung fu (?).
5. Abarajame (1995) Los Illya Kuryaki and the Valderramas, que casualmente están de vuelta, entendieron todo poniendo en su video referencias al mejor cine oriental.

Texto sobre el "Ciclo de Cine Fantástico" para el catálogo del 2do Festicine, de Pehuajó

MEDIO: Catálogo 2do Festicine, de Pehuajó
FECHA: Febrero 2013
Texto sobre el "Ciclo de Cine Fantástico" para el catálogo del 2do Festicine, de Pehuajó

 VideoFlims presenta: Cine Fantástico Argentino

 ¿Probaron alguna vez este tipo de cine?

Las ruedas oxidadas que transportaban a buena parte del cine argentino han sido cambiadas, modificadas, mudadas. Se han reemplazado algunas visiones enquistadas que se mantenían desde hace tiempo por una nueva que, a la sazón, viene arrastrándose sigilosamente desde el año 1997 y que hoy, por éstas épocas, encuentra su punto más saludable. Es que, allí, en la aparición todoterreno de Plaga Zombie, el cine fantástico argentino comenzó con una larga (larguísima) tribulación que devino en victoria. Con mucha tozudez, este tipo de cine, logró imponerse en las agendas. Y, también, este tipo de cine, que no escatima en truculencias, efectos especiales, guiones con historias et al, no podría ser posible sin el sentimiento de amistad y ese halo de cofradía que sobrevuela en toda la escena. (Verán, ustedes, recorriendo las películas fantaterroríficas e independientes de los últimos años, cómo se repiten los nombres, cómo los mismos corazones terminaron forjando el pulso cultural de la actualidad. Aquel que es, en rigor, bien nac & pop.) Asimismo, el cine fantástico argentino, ese que era puro margen, ahora es centro. Y aquí -antagónicamente a las industrias culturales- arremete con otra cuestión crucial: no hay, en su progreso, una traición al underground sino, más bien, la construcción de un tendal que une al barro con el oro, y al oro con el barro. Así, no sin antes luchar férreamente por la inclusión, el cine fantástico argentino terminó consiguiendo estrenos comerciales a pulmón (caso Topos), interesantes experiencias de guerrilla 1 y 2.0 (caso Plaga Zombie: Zona Mutante: Revolución Tóxica) y varios e importantes premios festivaleros (caso Making Off Sangriento). En rigor, los tres largometrajes seleccionados para el ciclo “VideoFlims presenta: Cine Fantástico Argentino”, reflejan perfectamente el latir de un movimiento que, con la constancia que viene proponiendo, está sembrando el campo y dejará muy bien parado al cine argentino de aquí a unos años. Y de ahí, sí, este tipo de cine, se disparará a la eternidad. Enganchándolos. Para siempre. | Por Hernán Panessi

GIF de Goretech, de Germán Magariños

Así me matan en el cine: ¡Acá!

Mención por el Festicine 2013

MEDIO: Noticias Pehuajó
FECHA: Febrero 2013
Mención por el Festicine 2013

GANADORES
La entrega de premios a los cortos ganadores fue el día martes. Acto que tuvo lugar en el Auditórium del Arte. El mejor corto Ficción fue "Awhenaj" del director Alejandro Gallo Bermúdez, de Salta; mientras que el ganador en mejor corto Documental fue "Bar Pico", del director Gastón Escudero, de General Lamadrid. Los jurados encargados de la elección fueron Diego Trerotola, Hernán Panessi -responsable de la distribuidora de cine independiente Video Films-, Nora Araujo -del programa "País" del INCAA- y Leopoldo Dameno -integrante de "Espacio Queer" además de ser adjunto de la cátedra Guión I en la carrera de Artes audiovisuales de la UNLP-.

Premios Oscar en Basta de Todo

MEDIO: Basta de Todo (Metro 95.1), con Matías Martin, Cabito Massa Alcántara y Diego Ripoll
FECHA: Febrero 2013
Premios Oscar en Basta de Todo

Entrevista a propósito de la Pornopedia en Octavo Arte por RadioLK

MEDIO: Octavo Arte (RadioLK)
FECHA: Febrero 2013
Entrevista a propósito de la Pornopedia en Octavo Arte por RadioLK

Mención entre el jurado del Festicine 2013

MEDIO: Noticias Pehuajó
FECHA: Febrero 2013
Mención entre el jurado del Festicine 2013

LOS LUGARES Y LA COMPETENCIA
Esta nueva edición de "Festicine" se desarrollará en cuatro escenarios distintos -el Auditorio del Arte, la estación y las plazas Dardo Rocha y Juan XXIII- , donde se podrán apreciar los cortos en competencia -un total de 16 ficciones y seis documentales-, que estarán bajo la lupa de un jurado integrado por el periodista y escritor Hernan Panessi, responsable de la distribuidora de cine independiente Video Flims; el realizador, periodista y exprogramador del BAFICI Diego Trerotola, quien, el año pasado, también visitó el "Festicine"; la directora del programa "País", del INCAA, Nora Araujo y el profesor Leopoldo Dameno, integrante de "Espacio Queer" y adjunto de la cátedra Guión 1 en la carrera de Artes Audiovisuales de la UNLP.
Por otro lado, también habrá talleres, como el de producción de cortos, a cargo de los integrantes de "Festibreack", que es de carácter abierto para todo público y todas las edades, aunque los actores e interesados en la producción de audiovisuales tendrán prioridad, debido a que los cupos serán limitados.

Comic Book Men en Comunidad Metro


MEDIO: Comunidad Metro (Metro 95.1)
FECHA: Febrero 2013
Comic Book Men en Comunidad Metro