Nota: "Football Manager 2011 como piloto de pruebas"

MEDIO: Revista Games Tribune (España), número de Mayo 2011
FECHA: Mayo 2011
http://www.gamestribune.com/descargas/GTM27.pdf
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Football Manager 2011 como piloto de pruebas

Es una obviedad si decimos que el fútbol, en América Latina, sobre todo en Sudamérica, es el deporte más importante de todos. Por eso, porque es nuestro mètier ocuparnos de lo que pasa en este lado del planeta en materia videojugabilística, señalo con el dedo bien turgente una anécdota sobre cómo el mundo de los videogames tiene injerencia en el mundo real y el fútbol, allí, significa un puente fidedigno.
En el “planeta deportes” hay un subgénero que supo hacer estragos entre 1992 y 2001 y es el de “gestión de fútbol”, forjando escuela con una serie de videojuegos venidos desde el universo de las PC, lanzados por la desaparecida casa de software Dinamic Multimedia, y ellos fueron los PC Fútbol. Estos games, de particular fanatismo en la República Argentina dado que incluían, en un acto de tremenda justicia, su liga entre todas las seleccionables, iniciaron la democratización de este tipo de videojuegos de gestión futbolística, hoy heredada (o más bien “recaída en”) la responsabilidad, luego de que Gaelco –empresa que tomara la posta del PC Fútbol de 2005 hasta 2007- fundiera, de ser quien tome la posta con el ahora mítico Football Manager 2011.
El Fútbol Manager 2011, así es como lo conocen sus amigos, distribuido en Latinoamérica por la afable gente de Synergex, quienes tuvieron la amabilidad de facilitarme una copia para que yo escribiera estas líneas, se ha convertido por estos lares, aunque hay que admitir que sin tanta centralización de la opinión pública dado que tiene sus emergentes competidores (FIFA Manager, Virtual Manager, Manager de Liga, Manager FDF, son sólo algunos de los que se reparten la torta de público), en uno de los más jugados en el ámbito privado –recordemos que es un juego que se disfruta jugándolo en solitario o bien en red, donde se supone estar conectados con otras personas, pero siempre físicamente solo y fundamentalmente concentrado.
De esta forma es que, volviendo al comienzo de esta columna donde linkeo al mundo gamer con la vida real, después de algunos resultados adversos del equipo al que sigo fervientemente con alma y vida, Independiente de Avellaneda, para el lector español: algo así como el Atlético de Madrid, club donde –de hecho- salieron como canteranos el Kun Agüero y Diego Forlán, en un foro partidario y en redes sociales varias le sugerían al técnico Antonio “el Turco” Mohamed que practicara esquemas y barajas de posibilidades con el Fútbol Manager (mundo virtual) para no fallar, luego, en el campo de juego (mundo real). Y, pese a lo conservador de ciertos aspectos de la entelequia fútbol, no suena tan descabellado que digamos...
¿Recuerdan que post 11 de Septiembre norteamericano se sugirió la posibilidad, bastante creíble, por cierto, de que los terroristas que colisionaron con las Torres del World Trade Center hayan practicado maniobras de vuelo con el Flight Simulator? Bueno, es que la edición 2011 del Football Manager se vuelve más ambiciosa y realista que nunca, tal cual lo fue el Microsoft Flight Simulator en su momento, contando con una serie de cuestiones que la hacen asombrosamente fehaciente: definir tácticas y estrategias globales para cada encuentro, entrenar 14 áreas específicas, ejercitar de forma intuitiva, poner a prueba tu criterio de selección, hablar con tus jugadores en privado mediante un revolucionario sistema de interacción para aplacar sus miedos o motivarlos, negociar contratos en directo con los players y sus agentes, cerrar deal, superar a la competencia en los fichajes, entre muchas otras cosas. El Football Manager 2011 es, de todos los que he probado referentes a este subgénero, el mejor simulador de fútbol. He dicho. Repito: no parece tan descabellado que los técnicos le den, en algún momento, una probadita a este juegazo antes de delinear sus tácticas de juego o, mismo, al parar su once inicial. Ya vendrá ese día. Si es que ese día, atentos todos, no es ahorita mismo.

Mención en balance de BAFICI 2011

MEDIO: Blog de Michifus
FECHA: Abril 2011
http://elblogdemichifus.blogspot.com/2011/04/balances-del-bafici-2011.html

Aristas argentinas de la Saga Torrente

MEDIO: Revista Haciendo Cine
FECHA: Abril 2011
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Es cierto que Argentina se esgrimió, sobre todo, en base a oleadas de inmigrantes españoles e italianos. A riesgo de que exista la posibilidad de olvidar ese gen tan particular (empollado de un crisol racial tan rico como estrafalario), Torrente nos lo recuerda con una saga repleta de aristas argentas. Está claro: hay en José Luis Torrente un patrón argentino. ¿Será la empatización con el imaginario policial? Es una buena posibilidad. ¿Acaso el chanta de barrio tiene la misma concepción psicofisológica que este misógino madrileño? Tal vez. ¿O es, por ahí, la identificación con el fútbol lo que nos pone tan cerca de este degenerado agente de la ley? Quién sabe. Tantos intríngulis acarrean una dialéctica que lleva años. Años y años. Generaciones y generaciones. No es casualidad que, por ejemplo, en Torrente 3: El Protector (2005) varias de las escenas se hayan filmado en Buenos Aires (felicitaciones y cariños a Marcos Mundstock y Mad Crampi por sus respectivos cameos); ni que el mismísimo Sergio Kun Agüero, casi un icono de la cultura pop 2.0, tenga su aparición deluxe en Torrente 4: Lethal Crisis (2011); siquiera que, lejos del canon acostumbrado, se estrene en el BAFICI (sí, BA-FI-CI) con presencia del director.
No hay motivo más suficiente que Torrente en sí mismo, esa película de la que sólo conocimos “oficialmente” sus mieles en el año ’99 con un estreno comercial de míseras 10 copias, para que fuera ganando adeptos y convirtiéndose, así, en la República Argentina, gracias a sus posteriores ediciones en DVD, en una de las películas de culto más festejadas por el corazón popular. Es que Torrente, y no hablo de ningún filme en particular sino de lo que representa, somos -un poco- todos. No es el humor ni la re-interpretación de las especies. Hola imaginario colectivo. Ahí está.

Entrevista a Julio Barragán, operador del Cine Cosmos

MEDIO: Revista Haciendo Cine
FECHA: Abril 2011
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Versión web

Entrevista a Julio Barragán

Es uno de los encargados de la defensa y promoción de los intereses de los operadores cinematográficos en Argentina. Julio Barragán, proyectorista uruguayo de inmensa trayectoria en nuestro país (Cine Rex, Hebraica, Gran Rivadavia, Cosmos, son apenas algunos de los nombres en los que dejó huella) y líder sindical, nos da su visión sobre el estado del cine actual y sobre su oficio en relación al universo laboral.

Por Hernán Panessi

Sin concesiones, el operador de cine y dirigente sindical Julio Barragán, mítico trabajador de la industria, proyectorista de las salas criollas más recordadas y secretario gremial del Sindicato de Operadores Cinematográficos, dice sus verdades con bravura y destreza. Sosteniendo sus locuciones con hechos, remarcando una comprometida honestidad y sacando lustre de una sabiduría adquirida con el correr de los años, Barragán arremete contra todo, sin vueltas ni medias tintas. Su lengua, siempre bajo la tutela de un discurso harto practicado, realiza certeras ejecuciones retóricas que sonrojarían al mejor de los sofistas. “Estoy en contra de pasar películas en un disco rígido. Los directores no tienen que venir a probar las películas antes de las proyecciones. Eso está mal. Si ellos las prueban, quiere decir que no están seguros del trabajo que hicieron. Los que graban en DVD se han agarrado la manía de venir a probarlos antes. Un DVD vale $3,50 y después te lloran la milonga. Grábenlo en un formato como la gente”.
“No miro más películas porque me amargo”, expresa. “Muchachos: pónganse las pilas. Es una cuestión tragicómica. Todos lloran porque hay que apoyar al cine nacional y el 90% es malo, sino las salas tendrían que estar completas y están vacías. Acá se filma para elites y eso no va. Se supone que el cine es popular, para todo el público. Todos quieren ser (Ingmar) Bergman y no es así, encima para filmar sus caprichos usan dinero de los espectadores”, sentencia Barragán otorgando su postura por sobre el presente del cine nacional y, sobre todo, acerca de las políticas de financiación de la actividad contemporánea, motivo de preocupación para los activistas de las cuentas claras.
Es que además de su labor en las cabinas, este proyectorista, desde hace 15 años empleado del Cine Cosmos, ha sido siempre un acérrimo defensor de los derechos de los trabajadores del rubro. “Los empresarios me odian porque soy propenso a hacer paros”, comenta Barragán respecto a su relación con los “trompa”, como él llama a los dueños de los cines. A consecuencia de este comentario, rememora sus origines en el terreno sindical: “En el ’78 empecé a tomar protagonismo en el sindicato. Todavía estaban los milicos. Ahí ganábamos muy poco y se corría la bola que los dirigentes afanaban. Empecé a proponer mociones y varios de mis compañeros me apoyaban, aunque al principio perdía siempre. Después fui aprendiendo con el tiempo y sin mentir jamás. Entre asamblea y asamblea me fui ganando un espacio. Fomentamos la situación para hacer paros en reclamo por mejores salarios. Formamos una paritaria, hicimos los paros y logramos el objetivo. Diseñamos una nueva lista y me pusieron de vocal. Igual a mi no me querían tanto porque decían que era comunista y esa palabra, en esa época, asustaba. De todos modos me sentía orgulloso de ese apodo y de mis acciones”.
Concerniente a la nueva concepción del cine en complejos de compras, este conocedor de la actividad señala que “nosotros copiamos todo lo que nos dan de afuera. Ir al cine del shopping no es nuestra idiosincrasia. La nuestra era llevar un sanguche de mortadela y verse tres películas seguidas. Se perdió el rito de la cafetería antes del cine y la pizzería después. Ahora comés en Mc Donalds adentro del cine. Lamento que los empresarios pongan tanto dinero en adquirir los equipos de 3D y no les dan aumento a los trabajadores del cine. Ojalá que les vaya bien...”.
Pese a dudar de los intereses de la tecnología, Barragán cierra la charla con una gran reflexión: “Hoy en los cines de barrios los baños están sucios y las proyecciones amarillas. La gente no es más tonta. Estoy en contra de los ‘yankees’ pero hay que admitir que ellos dejaron todos los cines de los complejos en condiciones. Después, igualmente, son unos negreros... pero les admito eso. Acá, cuando cerraban los cines de barrio, por alguna razón los dueños nos echaban la culpa a nosotros, los trabajadores, sin saber que el operador de cine, lejos de responsabilidades de limpieza o de innovaciones en maquinarias... es el segundo director de la película”.

DATO: Hoy el sindicato tiene 70 afiliados. Sin embargo, en actividad, contando a quienes trabajan en los shoppings, los trabajadores son muchos más.

BAFICI 2011 al día: Vale la pena esperar

MEDIO: Revista Haciendo Cine (versión digital)
FECHA: Abril 2011
http://www.haciendocine.com.ar/article/bafici-2011-al-d%C3%AD-4

Vale la pena esperar

Este es el relato en primera persona acerca de las vivencias, sensaciones y experiencias, con perdón de Hunter S. Thompson, que vivió un redactor de Haciendo Cine en sus tribulaciones por entrevistar a un personaje mítico del cine contemporáneo.

Por momentos me sentí Cameron Crowe en Almost Famous. O más bien William Miller, que en realidad es la representación (no tan) idealizada de Cameron Crowe, en Almost Famous. Bueno, okay, la cuestión es que entrevisté a solas a una celebridad, en pleno fervor mediático (y festivalero) por conseguirlo, con el hotel cual lugar común para estas coyunturas, y viví para contarlo.
No hay entrevista sin postergaciones, eso es casi un imponderable de la profesión, una “naturalidad” que determina el quién es quién de la cuestión. Código que uno, como periodista, lo tiene bien incorporado desde el ABC for newbies. El horario concretado, en un principio, era de las 13:15 del día lunes 11 de Abril en un restaurant del barrio de Belgrano, planeado para ser ejecutado posteriormente a una nota otorgada por la estrella a “¿Cuál es?”, programa radial conducido por Mario Pergolini, que se extendió más de la cuenta. Y hablando de cuentas, esto lo traigo a cuento porque –cerca de la hora pautada- recibí un llamado de la agente de prensa del festival BAFICI, uno de los encargados de traer a la celebridad a Buenos Aires, quien me preguntó si no me molestaba mover la entrevista para las 14:00 en el hotel donde se hospedaba este genio del séptimo arte. La propuesta y mi respuesta fueron razonables, hay que comer, somos humanos a combustible calórico, de manera que le dije: “no, no es molestia; sí, todo bien la pasamos para más tarde”.
Aproveché el rato de cuelgue no para hacer ningún hangout barato sino para seguir trabajando. Fructifiqué ese tiempo y me dirigí a la redacción de otra conocida revista de cine, recogí unas cosas y, ahora sí, mi boleto –de subte, claro- tenía clavada la Estación Florida de la línea B, a pasitos del hotel boutique donde estaba el mismísimo. Pero no. Ring, ring. Teléfono nuevamente. La misma agente de prensa me pateaba la entrevista –una vez más- ahora para las 16:45, porque le había surgido una nota para el programa de Pettinato (sí, la tevé tiene tanta o más pregnancia que la gráfica). Paren el mundo. ¿Saben qué pensé para mis adentros? La nota no se hace, me van a estar postergando hasta el día del juicio final: THE END. Tremendo cliffhanger sostenido por un cierto pesimismo que traigo a cuesta de experiencia. ¿Y ahora qué le digo a mis jefes, a mis amigos, a mi novia? Es que cuando uno va a entrevistar a una celebridad lo cuenta, saca chapa previa de la situación, como un mimito al ego que –a la larga o a la corta; entre nos: esperemos que a la corta- sirva como legitimación profesional.
Tenía... a ver, 1 + 1 = 2, me llevo 5, mmhh... algo así como cuatro horas plenas por delante hasta que llegara la señalada. Perfecto, no tan pesimista aunque sí un tanto ansioso, lo aproveché para ir al BAFICI, lugar donde debo pasar unos cuantos días a consecuencia de mi rol como distribuidor cinematográfico (entre nos, también: tener dos películas compitiendo en BAFICI no está nada mal, ¿no?) y adelantar algunas entrevistas laborales con gente de canales norteamericanos, programadores de festivales internacionales, etcétera, etcétera. Todo en orden, salvo un detalle, no de des-orden sino uno que denota la extrema velocidad y efectividad de las comunicaciones 2.0, muchos se enteraron (por boca mía o de otros) que Haciendo Cine tenía una oportunidad maravillosa de entrevistarse con este grande del cine y me lo hicieron saber. ¡Y justo el día en que era imposible dar con el tipo! Ojo me lo hicieron saber con buena onda, no vayan a pensar mal de los colegas y los curiosos. Por eso, por ahí lo de Cameron Crowe y la Rolling Stone.
¡Blah! ¡Basta de blablableríos! Llegó el momento, redoble de tambores. Respiré hondo, aparté un momento mi friquismo voraz, tomé el subte hasta el hotel boutique –muy lindo, por cierto- y llegué unos 30 minutos antes de lo planeado. ¡Mierda! Maldije y pague mi ansiedad con espera. De cualquier manera, estando allí, me presenté tempranamente ante la administración del hotel. “No, no tenemos agendada ninguna entrevista para hoy, señor”, me dijo la señorita que atendía el lujoso lugar, hablándome como sólo habla la gente que trabaja en hoteles o en lugares con flujo de vacacionistas: de usted. (Acá van las risas, casi pareciendo esto a una vivencia guionada de Historietas Reales o una película de Woody Allen). Un rato después, como si fuera un “ah, sí, acá estás”, literalmente pasó eso, me confirman. Respiré.
Para sublimar las ansias compré una Sprite de lata bien fría, leí el deportivo del diario de la trompetita y esperé. Esperé como quien espera llegar al altar para por fin casarse y besar a la novia. Esperé. Esperé como quien sueña encontrarse con la palabra divina de un pastor cósmico omnipresente. Esperé. Esperé como quien desea iluminarse por una epifanía que te haga entender todo, pero ojo: todo de todo. Llegó la hora pero él no. ¡Carajo, otra vez no, por favor! A las 16:45 marqué el celular de la agente de prensa que rato antes estaba kickeándome el trasero y no faltó más nada... 16:46 la puerta se abrió y era él, el grande...
Y como todo lo bueno va al final, por fin, entrevisté a Santiago Segura.

Review de Mafia II

MEDIO: Revista La Cosa
FECHA: Abril 2011
Review del juego

Mafia II, 2010
FABRICANTE 2K Games
FORMATO PlayStation 3
STATUS en venta
PRECIO $280

Resulta que Durante la década del ’50, en la ciudad de Empire City, Vito Scaletta, un joven siciliano que vuelve a casa tras su paso por la guerra, se entrometerá en asuntos turbios y, paulatinamente, como consecuencia de su ambición, luchará por convertirse en el líder de la mafia.
¿Qué onda? Los juegos del hampa, acompañados por un siempre persistente sentido holístico de los medios de comunicación, se cuentan de a montones: GTA, Scarface, Los Soprano, Gangland… Aquí, en Mafia II, sin una línea de continuidad con el primer game, destacándose sobre similares, las mismísimas referencias a la cultura popular –música, lugares, armas, modos de vida, etc- afloran por natura haciendo, de éstas, una experiencia hollywoodense hecha y derecha… ¡que hasta tiene jugabilidad de película, tiros a rolete y playmates retro!

¿Qué aprendí con este juego? Ser un tipo turbio de hace añares, en la era digital, es maravilloso.

- Hernán Panessi

JUGALO SI TE GUSTÓ… The Godfather: The Game

La-Cosa-Matic: Subime la música; Be Cool, Rolo.

Nota sobre Agentes del Destino

MEDIO: Revista La Cosa - Cine Fantástico
FECHA: Abril 2011
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Agentes del Destino (The Adjustment Bureau, 2011)

No, hay vestigios de viajes a través del tiempo pero no es Volver al Futuro, sino que se trata del filme Agentes del Destino donde las epifanías develan, sí, pero también condicionan. Cerca de las revelaciones, viviendo el presente, está Hernán Panessi quien escribirá estas palabras para modificar el futuro causal de Matt Damon en la película. Ok, exageramos, a gatas intentará hacerlo con el suyo a raíz de esta nota.

Siempre fueron atractivas las historias de personas comunes en situaciones extraordinarias. Ahora, si a esa premisa clásica de la narrativa cinematográfica le agregamos una fuerte dosis de la mejor ciencia ficción, más una pizca de ritmos vertiginosos a lo novela de Robert Ludlum o de destreza visual a lo El Origen (Inception, 2010), algunas cucharaditas de Gran Hermano y un prestamito en comodato de Cielo sobre Berlín (Der Himmel über Berlin, 1987), el resultado será (algo así como) la llave para descubrir Agentes del Destino (The Adjustment Bureau, 2011), ópera prima del norteamericano George Nolfi, película acerca del amor, el azar, la libertad y la responsabilidad. Ni más ni menos.
Este thriller romántico dirigido por el guionista de La Nueva Gran Estafa (Ocean’s Twelve, 2004) y –también- coguionista de Bourne: El Ultimátum (The Ultimátum Bourne, 2007) continua y actualiza el legado de un autor de sci-fi harto explotado por el cine en los últimos treinta años: correcto, Philip K. Dick; adaptando el relato corto “The Adjustment Team”, circa septiembre-octubre de 1954.
Allí, Matt Damon, casualmente protagonista de las dos películas guionadas por el nobel director, en la piel de David Norris, será un congresista que verá truncada su elección como senador de Nueva York debido a su extrema honestidad, vislumbrando su futuro y advirtiendo que quiere –para él- algo más. Por su parte, durante los mencionados trajines políticos, conocerá repentinamente a Elise Selas, la bellísima actriz británica Emily Blunt, una bailarina de ballet contemporáneo, una mujer distinta a todas las que ha conocido, quien le hará ver que aquello que supone adversidad, en realidad, puede resolverle sus problemas y de quien, cual flechazo certero de un sicario disfrazado de Cupido, caerá rendido a sus pies creyéndola el amor de su vida.
Se pasarán sus teléfonos y la química nacerá de inmediato. De este modo, dando sus primeras migas en la relación, aparecerán unos misteriosos personajes irrumpiendo en sus vidas: una especie de “ángeles del Departamento de Ajustes”, de ahí el título original de la película: The Adjustment Bureau, que tienen como designio conspirar para que los seres humanos no se desvíen de los causes del plan que el “Jefe” ha previsto para ellos. Y al parecer, el que está escrito para David y Elise será que se abstengan de volver a encontrarse… jamás de los jamases.
Frente a obstáculos inimaginables, David deberá dejarla ir y aceptar el camino predeterminado, o bien arriesgarlo todo, perseguir a la única mujer que ha amado y desafiar –con ello- al mismísimo destino que le señala que, de esta forma, malogrará sus expectativas. La premisa de este largometraje, claro, es si realmente controlamos nuestro destino o si hay fuerzas invisibles que nos manipulan. Lo voluble del espíritu humano, que no sabe manejar el libre albedrío, y que de alguna manera necesita ser tutelado para no cometer grandes errores. ¿Hasta qué punto sabemos quiénes somos y si en verdad controlamos nuestras decisiones? Algunas de las posibles respuestas... en la obra científica y divulgativa de Stephen Hawking. O bien en tu cine más cercano.
El destino debería haberlos separado porque fue para desastre...

Alois Hitler y Klara Pölzl: papitos de –ejém, cof, cof- Adolf Hitler. ¿Dónde estaban los Agentes del Destino ahí, eh? ¿¡Eh!?

Sid Vicious y Nancy Spungen: la pareja destructiva por excelencia. Mandanga constante, promesas de sangre y suicidio.

Charles Manson y Helter Skelter: una pésima interpretación del White Album, “Habrá una guerra entre blancos y negros”, y limó.

Jim Carrey y Ben Stiller: como en The Simpsons… ¡Maldito guión de The Cable Guy, casi arruinas la carrera de Jim Carrey!

Madonna y Guy Ritchie: ¡Maldita Madonna, casi arruinas la carrera de Guy Ritchie! Su peor período lo tuvo con la Reina del Pop.

Daniel Lalín, Liliana Ripoll y Racing Club: “Racing Club Asociación Civil ha dejado de existir”, dijeron en el ‘99. ¡Pobre Academia!

VideoFlims en el Manual de la Industria de BAFICI

MEDIO: Manual de la Industria - [13] BAFICI
FECHA: Abril 2011
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VideoFlims es una distribuidora abocada a las producciones fílmicas que no tienen distribuición oficial por los medios tradicionales. Edita y difunde producciones audiovisuales alternativas latinoamericanas. Trabaja desde la autoría de los DVD hasta el arte de tapa, la distribución, la organización de funciones comerciales y en ciclos especializados. Es un emprendimiento cultural que busca impulsar el cine de calidad, fomentando un contacto directo entre el director, su obra y el espectador.

VideoFlims is a distributor devoted to film productions that have no official distribution through traditional media. It releases and spreads alternative Latin America audiovisual productions, and is in charge of the DVD authoring, cover art, distribution, organization commercial screenings and film seasons. It's a cultural venture that seeks to promote quality films, encouraging direct contact between the director, their work and the audience.

Nota: "Hey, acá estamos"

MEDIO: Revista Games Tribune (España), número de Abril 2011
FECHA: Abril 2011
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Hey, acá estamos

Trabajando en la oficina, por suerte lejos del canon automatizado de Charles Chaplin en Tiempos Modernos, paré la oreja en una entrevista radial que le estaban haciendo a Sebastián Uribe, director del Centro de Videojuegos del Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA), quien –distendido- estaba charlando acerca de la posibilidad de hacer videojuegos en Argentina... parlando de la industria criolla, digamos. ¡Riiing! ¡Riiing! Sonó el teléfono en el laburo y, lógicamente, tuve que atenderlo (aunque, admito haber esperado algunos segundos observando a mis compañeros de escritorio a ver si alguien más lo hacía por mí). Okay, a desgano levanté el tuvo. Sin embargo, pese a que era un llamado de importancia (“¿che, Panessi ya le pusiste fecha de estreno a blá blá blá?”, me dijo) y no un chusmerío de fulbito, mi atención flotante, tal vez mi parte consciente, seguía pendiente de ese parlante de PC, ese transductor electroacústico que transmitía la entrevista. “Hacer un juego de PlayStation 3, en nuestro país, es imposible”, señaló Uribe en un momento. Pausa aquí. Uf, eso me dolió y no saben cuánto. Golpe certero, ahí abajo en las pelotas, donde en verdad duele y llega hasta la panza. Pasaron unos segundos, conforme mi interlocutor hablaba y le respondía un automático “sí, sí, pronto lo hago” (ok, ¡Hola Tiempos Modernos!), un violento tronar de realidad me hizo caer en gracia desde el dial: “se necesitan más de 10 o 20 millones de dólares para desarrollar un juego de PlayStation 3, por eso nos dedicamos a juegos pequeños o aplicaciones de redes sociales” (de lo anterior, hubiera deseado haberlo puesto todito con signos de exclamaciones pero, en el dixit fiel, no lo hizo, sólo lo sentencio, así que lo dejo tal y como está).
No, perdonen, en la columna de este mes no hay moraleja. Sólo quería contarles que, de cualquier modo, aunque en realidad es casi siempre el mismo (¿por qué, a ver?, ¿qué es lo que pasa?), aquí no se hacen juegos, pongámosle, deluxe o Clase A, no por falta de capacidad, sino –fundamentalmente- por ausencia de capitales de inversión. ¡Siempre lo mismo! Mi llamado de atención va aquí... Empresas que inyectan capital en la industria del videojuego: ¡¡¡Sudamérica es la panacea!!! Miles de profesionales formados académicamente están dispuestos a dar el salto de calidad con ustedes y ustedes con ellos. Es clarísimo: sólo faltan “aquellos”, los que manejan los verdes, para que un GTA o un Modern Warfare o un Pro Evolution sean, por ahí, un poco made in Argentina o, bien, y hasta suena mucho mejor, un poco... hecho en Buenos Aires.