Columna de opinión: Nerdencias (Agosto 2011)

MEDIO: VideoFlims.com.ar
FECHA: Agosto 2011
Desmigajándonos

Desmigajándonos

Para seguir repensando el cine de género nac & pop, se barajan tres factores claves de su crecimiento y expansión: la identidad –tanto adquirida como asumida-, la dificultad –de atravesar el camino- y la necesidad –de entretener a cualquier costo-. Esta identificación pretende esclarecer, cual frequently asked questions, algunas problemáticas de uso cotidiano.

IDENTIDAD
Hace un buen tiempo, casi unos quince años, desde el filme Plaga Zombie (1997) hasta acá, que el cine de terror argentino ha estado encontrando su propia identidad. En su momento, el periodismo internacional hablaba de una entelequia en común a la que solía llamar HorrorAR. De esta forma, ya sea por prepotencia de trabajo, por emparentamiento estético e ideológico, por compartir únicos e inigualables diseños de producción o, mismo, por lo original de cada propuesta, el cine de terror en argentina –por extensión: todo el cine de género- ha pujado por su lugar en el mundo. Uno de los factores determinantes para la confección de esa identidad, fue la participación colaborativa de los profesionales implicados en cada una de las películas: directores de fotografía, guionistas, actores, cámaras, especialistas en efectos especiales, maquilladores, etcétera, intercambian proyectos en pos de hacer crecer tal escena. Aquel sistema de cofradía ha hecho del cine de género argentino, ciertamente, un ejemplo a emular. Por eso, la legitimación viene no sólo de la opinión pública –el público como juez- y las elites intelectuales sino también de los festivales del mundo, la prensa especializada y, por supuesto, desde donde se parte, los mismos trabajadores.

DIFICULTAD
Para ser claros, es menester aclarar que los principales problemas del cine de género en Argentina son: la falta de dinero y el alargamiento de los tiempos de producción. Entonces, para seguir creciendo, se necesita fundamentalmente del dinero para aumentar esos niveles de producción y, en consecuencia, los estándares de calidad. Asimismo, resulta primordial contar con tecnología de punta. Nobleza obliga aclarar que el cine de género argentino se la ha rebuscado siempre: con o sin dinero, con o sin tecnología. El imponderable es que, durante todo este tiempo, con el respaldo de cientos de cinéfilos afines pero no del grueso de público, se viene haciendo cine de calidad con poco dinero y con, también, esquemas de producción tanto innovadores como particulares. La desventaja, claro, es que se terminan realizando después de muchos años de elaboración.

NECESIDAD
A la hora de crecer se necesita, por su parte, la aceptación total y el empuje de las instituciones de financiamiento para que, de una vez por todas, el género nacional pueda salir del ghetto y tome el lugar que se merece: saciar la sed de entretenimiento popular. Reparar de alguna manera el daño que le ha hecho cierto tipo de cine a las pantallas argentinas. Volver a transformar el pensamiento de la gente para que empiece, otra vez, a ver películas de género nacionales –a sabiendas que el público usualmente va a ver cine de género pero no de acá- y que, con ello, no se sientan defraudados sino todo lo contrario. Es imprescindible hacer conocer que se está ante un cine plagado de ideas originales donde los tópicos no refieren a remakes ni a recauchutajes de filmes antiguos ni a ninguna de esas soluciones facilistas. Persiste el objetivo de: “seguir con la idea de ponerle mucha energía a la cuestión e insistir mostrándole a todo el mundo lo bueno de este tipo de producciones” (enaltecedor sic de Pablo Marini). Y, así, finalmente, revelar que ésta es mejor opción que la del cine yankee contemporáneo. Es decir, buscar el entretenimiento a raíz del cine de acción, aventuras, fantasía, comedia y terror. Sí, pero de factura argentina.

Twitter: @hernanpanessi

Historia del cine: Assassin of Youth (1937)

MEDIO: Revista THC
FECHA: Agosto 2011
Assassin of Youth

Assassin of Youth
EEUU, 1937 / 80 min
Dirigida por Elmer Clifton

Durante 1934 se creó en los Estados Unidos, bajo complicidad de los grandes estudios, un código de producción que determinaba qué podía verse en pantalla y qué no. Conocido como el Código Hays, regulado vía el MPAA (Motion Pictures Asociation of America), pretendió ser un sistema de censura auto-impuesta que violaba el estilo natural de Hollywood. De ahí toma el germen Assassin of Youth (1937), siendo esta una película educativa diseñada para advertir acerca del uso de la marihuana. Sin embargo, como casi todos los filmes dedicados a esa cuestión, significaba mostrar truculencias disfrazadas, deslizando el tratamiento de temas adultos más allá de la censura, ante la Oficina Hays. Así, entonces, en nombre de la educación, podían verse esbozos de desnudez, violencia y sordidez. De tal forma, Dwain Esper y Elmer Clifton, dos empresarios privados ajenos a los estudios, le proporcionaban al gran público lo que lo que Hollywood no podía. Assassin of Youth, en concreto, es la historia de una estudiante que se involucra con un grupo de fumadores de marihuana y comienza ni más ni menos que un cursi camino hacia la ruina. En medio, hay una cuestión melodramática con estructura de telenovela donde, lógicamente, yendo con la tanto irónica como peligrosa moral en la que fue rodada, los ñatos “malos” reciben sus merecidos y los “buenos” gratificaciones. El nivel de delirio no tiene parangón. Comienza algo aburrida pero se va poniendo buena, por eso es considerada como una obra un poco más entretenida que el promedio de exploitations marihuanos de la década del ’30 y ’40. Es adredemente tan anti-marihuana que la señalan, incluso, por encima de la heroína y las pastillas (“Es una psicópata sin esperanza”, se oye decir a algún personaje haciendo alusión a una fumadora). Otro largometraje del sub-género “reefer madness” que sacará unas buenas risas. / Hernán Panessi

Nota: "No al canon"

MEDIO: Revista Games Tribune (España), número de Septiembre 2011
FECHA: Agosto 2011
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No al canon

El consumo, la política, los comportamientos sociales, la micro y macro economía. Todo afecta de alguna u otra forma a los usuarios. Por eso, desde este espacio de reflexión, se recuerda y se toma postura acerca del caso “Canon tecnológico en Argentina” a raíz de la iniciativa del senador Miguel Ángel Pichetto, la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF), la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) y otros organismos vetustos.

UNO
Allá por Julio del 2011, todos los trabajadores y usuarios de medios tecnológicos argentinos estábamos pendientes por lo que sucedía con el llamado “Canon Tecnológico”. La negativa era unánime. La oposición y voz cantante emergió desde las redes sociales con fuerza hercúlea. #noalcanon, se dijo. El antecedente directo nos llegaba desde España: “El Congreso de los Diputados tumbó anoche oficialmente el canon digital al votar favorablemente una proposición no de ley que insta al Gobierno a la supresión del polémico gravamen sobre soportes y equipos susceptibles de almacenar y copiar archivos sujetos a derechos de autor. La proposición, presentada por el Grupo Popular, fue respaldada por todos los grupos (incluido el socialista) con 331 votos a favor y dos abstenciones”, decían. El replanteo de la industria en declive a nuestra sociedad es una reverenda estupidez aquí, en la Madre Patria o en la China. Mal que le pese a algunos, la cultura de consumo ha variado indefectiblemente. Que el usuario pague los platos rotos es de una hipocresía inmensa. ¡Hola Metallica!, ¿qué tal? Somos nosotros, ¿se acuerdan?, los que bajamos sus MP3, sí, pero también los que compramos sus discos, así que ojito con molestarnos.

DOS
El argumento del NO al Canon digital es absolutamente simple. Todos los antecedentes en su implementación –la mencionada tribulación española- no sirvieron, han generado corrupción y, por sobre todo, no ha favorecido ni a la cultura ni a los músicos. Sólo, y esto no es de asombrar, a un pequeño grupo sospechado por corrupción que –según tengo entendido- están tras las rejas. Ahora, ¿por qué han creído que en Argentina la cosa sería diferente? ¿Qué llevó a pensar que un “impuesto a los usuarios” podría solucionar la crisis de la industria? ¿No es, acaso, justamente, el usuario el principal sustento de toda actividad comercial? ¿El penalizar la descarga de un MP3 o, mismo, de un videojuego llevaría a la desaparición total de la piratería? ¿Realmente lo creyeron? En el website de NoAlCanon.org hay una frase que vale la pena mencionar: “El Canon digital es un cáncer para el arte, la cultura y la sociedad, una sanguijuela que quiere vivir parasitariamente de la sangre de la mayoría, pero que como todo parásito no aporta nada, sólo perjudica”.

TRES
La tematización de algo que sucedió en Julio, acá, en la columna de Septiembre, tiene una razón de ser: sigue siendo un tema de actualidad. Si bien fue suspendido el tratamiento del proyecto de ley conocido como canon digital, la cuestión sigue latente en la agenda setting. Recordémosle a la gente, y ¿por qué no? al senador Miguel Ángel Pichetto, que suspender (según la RAE: Detener o diferir por algún tiempo una acción u obra) no es rechazar (según la RAE: No aceptación, no omisión o resistencia a algo). Por eso, que no se “detenga por un tiempo” –dicen por ahí que se volverá a tratar después de las elecciones generales de Octubre- y que, en verdad, no se acepte. Cristina, querida, el pueblo nerdo-geek-gamer confía en vos. No nos podés fallar en esta. Por ello, ahora sí, digámosle todos juntos: ¡No al canon!

Hernán Panessi
Corresponsal GTM
Sudamérica (BBAA)
@HernanPanessi

Nota sobre El Hobbit

MEDIO: Revista Irrompibles Nº3
FECHA: Agosto 2011
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Mañana, pasado... en 2013, llega El Hobbit

El duelo entre la ficción y las películas es algo apasionante. Lo que nos lleva indefectiblemente a combinar lo mejor de los dos mundos, ponderar y sacar chapa. Más cuando estamos hablando de cine sobre libros... como el caso de El Hobbit. Y acá, es probable, como en aquel chiste de las cabras que comen negativos de película, no podrán decir me gustó más el libro que el filme.

Por Hernán Panessi

UNO
En el año 1976, a la tierna edad de quince años, Peter Jackson sacaba lustre de cineasta truculento –más tarde confirmado por Mal Gusto (1987), Meet the Feebles (1989) y Braindead (1992)- con The Valley (1976), un corto fanmade rodado en Super 8 con influencias de Ray Harryhausen. Apenas un año después, en 1977, se estrenaba en la famosa NBC la inicial versión fílmica y animada de El Hobbit (cuya primera edición en papel fue publicada en 1937). Treinta y cuatro años más tarde (sí, ¡34!) después de aquella experiencia, la más cara de la historia en materia de películas animadas hechas en televisión, en el año 2010, y después de miles de histeriqueos, Peter Jackson y El Hobbit, El Hobbit y Peter Jackson, se juntaron merecidamente en un proyecto en común. Tuvieron que pasar, por un lado, millones de libros vendidos y editados a lo largo de todo el mundo, cientos de juegos de rol, un exitoso juego de PC –El Hobbit (1982), producido por Manga Software y distribuido por Melbourne House-, otros tantos games plataformeros (con y sin licencia), una adaptación radiofónica y una novela gráfica (exquisita reedición de Norma Editorial circa 2001), entre varias cosas más. Y por otro, la ascensión de un meganerd al olimpo cinematográfico mundial –cuya bisagra fue esa gran película llamada Criaturas Celestiales (1994)-, la obtención de premios y nominaciones, la trilogía de El Señor de los Anillos, muchos premios y nominaciones más, King Kong, un dueto con Steven Spielberg –en la próxima a estrenarse Las Aventuras de Tintin (2011)- y, sí, hasta llegar, por fin, es que el matrimonio no es completo si no es de a dos, a la dirección de El Hobbit: Un viaje inesperado (2012) y El Hobbit: Partida y regreso (2013).

DOS
Se sabe: Peter Jackson y El Hobbit nacieron para estar juntos, para ser uno. Y no es por lo facilista de buscarle relación en su origen geográfico –definitivamente Nueva Zelanda es Tierra Media-, sino en el devenir de las cuestiones. ¿Qué otro podría dirigir El Hobbit de no ser Sir Peter Robert? ¿Por qué estuvo tanto tiempo parado en acciones previas a la realización hasta que este (ex) gordito barbudo agarró el timón? ¿De no ser Jackson, quién podría encarnar la épica medieval con tanta sangre, corazón y fantasía? Guillermo Del Toro estaba bien –de ahí el tire y afloje de años, “que voy yo, que vas vos”, “que la rodamos en Oceanía, que no”, “que se congela, que se filma”, aunque muchas de estas cuestiones tenían que ver más con los estudios que con estas bestias bienintencionadas-; y, quien, de hecho, también fue parte del guión –junto con Philippa Boyens, Fran Walsh e irremediablemente J.R.R. Tolkien- y rumoreado para dirigir, al igual que el oriundo de Pukerua Bay, la película basada en el videojuego Halo (aún sin fecha tentativa), pero ese es otro cantar...

TRES

La historia de El Hobbit precede a la trilogía de El Señor de los Anillos y cuyo protagonismo recae en Bilbo Baggins, tío de Frodo, que será interpretado por Martín Freeman (papel ofrecido además a, entre otros, Daniel Radclife y Shia LaBeouf), quien apareció previamente en esa gran comedia buddymovie que es Hot Fuzz (2007), que contó –mirá vos- con un cameo del mismísimo Peter Jackson como “Santa Claus”. Además, en el cast oficial de El Hobbit –muchos repiten personaje de la Saga LOTR- figuran Hugo Weaving, Evangeline Lilly –conocida por su papel de Kate Ausen en Lost-, Cate Blanchett, Christopher Lee, Orlando Bloom –pese a que su personaje, Legolas, no aparece en el libro-, Ian McKellen y varios más. Si viviera, la viperina Louella “he-visto-lo-que-has-hecho” Parsons se haría un festín con tanto nombre y danza de stop & eject & play en pre-producción, no hay dudas.

CUATRO
Poco se sabe realmente del guión de este binomio fantástico –de fantasía y factura, claro-. Dicen que la primer parte tratará sobre el argumento del libro en sí y la segunda sobre los acontecimientos que tendrían lugar en los sesenta años que transcurren entre el final de El Hobbit y el principio de El Señor de los Anillos. Entonces, a partir de aquí, la pasividad como espectadores nos invadirá. No quedará otra que resignarse a esperar hasta el 01 enero del 2013 (allá confirmada en el Entertainment Weekly para diciembre 2012, acá en Cines Argentinos para poco más tarde). De manera que, mientras tanto, si es que las profecías mayas le pifian, lo que podemos hacer es matar el tiempo con las ediciones en Blu-Ray de El Señor de los Anillos o exigir en foros roleros y afines que hagan, también, una versión para cines de El Silmarillion a estrenarse, ahora sí, en la Tercera Edad del Sol. Y a esta altura, qué lejos quedó el 1976-1977. Ni qué hablar el comienzo de todo: 1937. O, más bien, falta muchísimo para 2941.

Entrevista a Yago Blanco, director de Güelcom (2011)

MEDIO: Revista Haciendo Cine
FECHA: Agosto 2011
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Bienvenido, bienvenido amor

El irse a probar suerte a otro lugar, los amigos que se quedan, los amores que se van, la soledad, los reencuentros... estos tópicos, y algunos más, son los que maneja el director Yago Blanco con Güelcom, su segunda película. Quien debutara en el año 2001 con un filme independiente, Los Domingos son para Dormir, ahora encara su primer largo comercial protagonizado por Mariano Martínez, Eugenia Tobal, Maju Lozano, Peto Menahem, Gustavo Garzón y elenco. Por Hernán Panessi

En la tradición de comedias románticas norteamericanas, aunque según cuenta su propio autor, inspirada más en las europeas, Güelcom resulta un filme navegante entre los ecos de una relación distanciada y las decisiones tomadas para encarar un futuro supuestamente mejor. Aprovechando el estreno comercial, en lo que será la vuelta a la pantalla grande de Mariano Martínez desde Peligrosa Obsesión, entrevistamos a su director, Yago Blanco, y esto fue lo que nos dijo.

Desde el 2006 que venís trabajando en esta película, ¿cómo fue ese devenir? ¿Qué mutó en el proyecto desde ese momento al producto final?
Uf… Si me mostrabas la película como está hoy, terminada, hace un año y medio, y me decías que esa era la película que yo iba a hacer, te decía que estabas loco. Nunca dejó de ser la película que soñé, pero la sumatoria de elementos y decisiones tomadas, tanto estéticas como de producción, fueron haciendo que la película fuese mutando. Una preocupación que tenía desde el principio era no hacer una película “pretenciosa”, sino contar una historia atractiva, emotiva, y con sus complejidades narrativas. Es una película de género, apuntada hacia las comedias de género más europeas, que escapan un poco al cliché típico americano. Después, algunos cambios en el casting hicieron que la película creciera en expectativas. Y que eso ayudara en algunos procesos de producción y de comercialización de la película.

¿Cómo fue la elección de ese cast? ¿Influyó en las decisiones el hecho de tu cercanía con el mundo de la televisión?
La verdad es que el hecho de que trabaje en televisión no influyó en lo más mínimo. Es más, excepto a Ana Yovino y a Peto Menahem, no conocía a ninguno de los actores antes de convocarlos. La elección se fue dando a partir de lo que buscaba o pensaba que era necesario para cada personaje. Por ejemplo, a Eugenia Tobal la ví en la película Yo soy Sola y me pareció que tenía una capacidad interpretativa y una presencia que se acercaba mucho a lo que yo había imaginado para el personaje de Ana.
Exceptuando Mariano y Eugenia, que son actores principalmente conocidos por sus trabajos en la TV, la gran mayoría del cast no se caracteriza por una gran trayectoria televisiva.

Más allá de los actores en sí, ¿crees que la propuesta estética y narrativa tiene una cuestión telenovelesca?
No. Es más, busqué a conciencia salir del costumbrismo que tienen en los últimos años, tanto las tiras como las telenovelas en la TV argentina. Por otro lado, la propuesta narrativa de flashbacks, de un narrador presente en un lugar indeterminado, de un decálogo narrado en off, de la utilización de carteles para marcar puntos de giro en la historia, no me parecen muy telenovelescos que digamos.

¿Cómo encaraste el diseño de producción con tantos personajes?
Fue bastante complicado, ya que a la cantidad de personajes se sumaba que la mayoría de los actores estaban haciendo otras actividades, lo que hacía que organizar cada jornada, y especialmente las escenas en las que están todos o casi todos los personajes presentes, no fuese nada fácil. Por suerte, el asistente de dirección, Dieguillo Fernández, armó un plan muy estudiado, con muchas variables para cualquier imprevisto. También fue fundamental que Mariano Martínez fuese el único que estaba con una disponibilidad del 100%, ya que siendo él protagonista, su presencia era muy alta en casi todo el rodaje.

Estrictamente en la historia, ¿por qué abordaste la problemática del éxodo? ¿Fue la excusa para el reencuentro amoroso o hubo una intención de subtexto al imaginario post-2001?
Empecé a imaginarla justamente en esa época, cuando muchos amigos y seres queridos se iban a vivir afuera enojados con el país y dejando entrever que los que nos quedábamos éramos medio boludos. Se iban a Europa, más que nada a España, a trabajar de cosas que acá no se les hubiese cruzado por la cabeza. Eso hizo que me enojara mucho esa actitud. Así que las primeras versiones del guión eran más ácidas y menos amigables para con los que se iban. Con el tiempo, ese enojo se fue apaciguando y fui entendiendo que era una decisión. Con el paso del tiempo, el tema se volvía un poco demodé, por eso lo suavicé un poco y apuntalé más la historia de ellos dos -N. de redacción: M. Martínez y E. Tobal-, los protagonistas.

¿Quién es esa chica? Silvia Jofre Iacopetti

MEDIO: Revista Haciendo Cine
FECHA: Agosto 2011
Versión impresa

¿Quién es esa chica? | Silvia Jofre Iacopetti

El concepto de ¿Quién es esa chica? utilizado para este mes tiene una razón de ser. La conocíamos de otra manera y desapareció como tal. Volvió por la puerta grande y ahora la homenajeamos merecidamente. Silvia Jofre Iacopetti, del destape criollo a la Serie A en un abrir y cerrar de castings. Por Hernán Panessi

Si analizamos la teoría propuesta por el húngaro Frigyes Karinthy, la de los Seis Grados de Separación, ¿la conocen?, donde se intenta probar que cualquier persona en la Tierra puede estar conectada a otra a través de conocidos, podemos chequear que efectivamente funciona y lo hace con creces. Observen lo siguiente: En el año 1989, el director Pedro Almodóvar se encontraba estrenando su octava película, ¡Átame!, protagonizada por Antonio Banderas y la musa Victoria Abril. Mientras tanto, en Argentina, Carlos Galettini estaba haciendo lo suyo con Los Exterminators y Bañeros II: La Playa Loca. Para proseguir, hagamos hincapié en esta última película: estaba protagonizada por Emilio Disi, Guillermo Francella y contaba con música de la all-female band de la época, Las Primas, ¿se acuerdan? Por ese entonces, estas bombas sexys eran sensación con su disco “Imbatibles”, del mismo año, hecho en colaboración con Ricky Maravilla, y rompían todo con su hit “¡Saca la mano, Antonio!”. Okay, ¿entonces? ¿Sincronicidad de Carl Gustav Jung? ¿Coincidencia parapsicológica? Karinthy, querido, tenías razón. Doce años después, Almodóvar filma La piel que habito, su última película, adaptación de la novela Tarántula (de Thierry Jonquet, 1995), y una de las actrices del elenco es, sí, una de Las Primas.
Estamos hablando, por supuesto, de Silvia Jofre Iacopetti, debutante en televisión de la mano de Carlitos Balá en El Show de Carlitos Balá y otrora vocalista de Los Ángeles de Smith, quien apenas un año después de su apogeo como cantante –1990- se enamorara de un español y se mudara para esos pagos. Más específicamente a Madrid, ciudad a la que Almodóvar tomó por asalto luego de abandonar su Calzada de Calatrava natal. Allí modificó sus hábitos y se hizo pintora –quienes conocen del tercer arte dicen que está muy bien. Acá expuso en el año 2005 en la Galería Los Coleccionistas-. Tiempo después retomaría la actuación haciendo cosas, sobre todo, para la televisión –más una participación en la película No habrá paz para los malvados, de Enrique Urbizo- continuando, igual, con su nueva actividad: la pintura.
Decir que Jofre Iacopetti, entonces, es una Nueva Chica Almodóvar es un tanto exagerado –aunque, ojo, se rumorea por ahí que Pedro la convocará para su próxima película, Mina, anunciada para el 2012-, sin embargo hay algo que es cierto: la eligió para compartir escena con Antonio Banderas y completar cartel con Elena Anaya y Marisa Paredes. “Sinceramente, fue una de las mejores experiencias de mi vida”, ha dicho en una entrevista reciente. La historia del cómo lo hizo en una línea: “He intentado, después de varios castings, conseguir un pequeño personaje en su película y, luego de algunas figuraciones especiales, me incluyó”. Fin de la cuestión. ¿Cuánto darían miles de actrices por aparecer apenas una milésima de segundo en una película del manchego? Esta bomba de los 80s, nobleza obliga aclararlo: con belleza intacta –Google es gratis, amigos, ¡compruébenlo!-, lo logró. Los memoriosos, nostálgicos y onanistas vintage, de parabienes. Los más jovencitos, mozos y purretes fisgones... preparen, apunten, ¡fuego! Porque donde Almodóvar pone el ojo, pone la bala.

Review del juego Assassin’s Creed: Brotherhood

MEDIO: Revista La Cosa
FECHA: Agosto 2011
Review

Assassin’s Creed: Brotherhood
USA, 2011

FABRICANTE Ubisoft
FORMATO PC
STATUS en venta
PRECIO $99,90

RESULTA QUE Ezio Auditore da Firenze, un joven noble de origen italiano, en su afán por librar Roma de los corruptos templarios sedientos de poder, enfrentará a algunas de las familias más poderosas de Florencia. Por su parte, ya convertido en todo un Maestro Assassin, intentará vengar la muerte de su tío, Mario Auditore, y recuperar, además, La Manzana del Eden, fuente del poder absoluto.
¿QUÉ ONDA? De movida, ya el Assassin’s Creed era de por sí un juegazo descomunal. Ahora, con Assassin’s Creed: Brothehood, la apuesta se duplica dado que continúa con el mismo y espectacular despliegue visual del primero –incluso está mucho más pulido- pero, a ello, se le agregan suculentos mapas, nuevos personajes y un novedoso modo multijugador. Amerita señalar que es éste uno de los mejores juegos del año y que ya se está preparando una merecida continuación: el Assassin’s Creed: Reveletions.
¿QUÉ APRENDÍ CON ESTE VIDEOJUEGO? Nicolás Maquiavelo + Bartolomeo d’Alviano eran unos patas; los Borgia + Luis XII, unos tremendos garcas.

- Hernán Panessi

JUGALO SI TE GUSTÓ... Legacy of Kain: Soul Raven de PlayStation One.

La-Cosa-Matic: Piña va, piña viene. Gracias por la magia.

Review del libro Batu 1, de Tute

MEDIO: Revista La Cosa
FECHA: Agosto 2011
Review

Batu 1
Argentina, 2009

AUTOR Tute
EDITA Editorial Sudamericana
PÁGINAS 96
PRECIO $24
STATUS en venta

Resulta que Batu es un infante curioso que, junto con su perrito azul Tútum y su anteojudo amigo Boris, emprende juegos imaginativos y se preocupa cuando no hay a qué jugar.

¿Qué onda? Todas las tiras que contiene este volumen fueron publicadas originalmente en la sección espectáculos del Diario La Nación, y era obvio su paso al libro por ser de lo mejor del humor gráfico argentino. Batu 1, primer tomito de la tira, muestra el onírico mundo de la niñez, y cómo su protagonista y cia. la viven de manera entre inocente e inteligente. El libro hace que nos encontremos con ciertas partes sensibles de nuestro pasado generando una hermosa melancolía. La historia de Batu y su viaje en globo en busca de su abuela no tiene desperdicio.

¿Qué aprendí con este libro? La niñez es lejos, la mejor etapa de la vida.

- Hernán Panessi

LEELO SI TE GUSTÓ... Rugrats, Mafalda u otras historietas de Tute.

La-Cosa-Matic: Pintado al óleo; Be Cool, Rolo.

Nota de Quiero Matar a mi Jefe (Horrible Bosses, 2011)

MEDIO: Revista La Cosa
FECHA: Agosto 2011
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Todos, en algún momento de la vida, hemos querido matar a “ese” que resulta que ser nuestro jefe. Nos choca cómo nos pide las cosas, cómo llega a la hora que quiere y se va temprano, cómo nos obliga a hacer cosas en las que no creemos, etc. Por ello, ya que se estrena Quiero Matar a mi Jefe, le pedimos a Hernán Panessi que preste atención a cómo lo hacen Bateman, Sudeikis y Day para, algún día, de ser necesario, ponerlo en práctica.


Seguro, y es que resulta más realidad fáctica que cliché popular, una y otra vez golpea en la mente de los trabajadores la idea loca de matar a sus jefe después de una tensa jornada laboral. Claro, esto tiene sus exageraciones y es posible que se trate, nomás, de una fantasía de disposición irrealizable y otrora deseo perverso del castigado. Aunque, por supuesto, existen excepciones, donde la proyección mental puede hacerse verdaderamente carne, como en Quiero Matar a mi Jefe (Horrible Bosses, 2011). Para esta comedia (¿cómo tratar esta problemática desde otro género?), la Warner Bros. puso a un director tan versátil que resultó capaz de, por un lado, elevar hasta el cielo la figura del nerd –The King of Kong: A Fistful of Quarters (2007)-. Por otro, de explorar la economía desde puntos de vista poco tradicionales –Freakonomics (2010)-. Y en medio, obvio, de dirigir una película en la que sacara chapa de yo-también-puedo-con-las-comedias-convencionales: Como en casa en ningún sitio (Four Christmases, 2008). Así, Seth Green, realizador en cuestión, es quien, ahora, con Quiero Matar..., expone a tres jefes detestables ante la idea, siempre proletariada, de: ¿y si diseñamos un plan para acabar con ellos de una maldita vez por todas?
Jennifer Aniston, Kevin Spacey y Colin Farrell encararán a los mandamás acosadores –en psicología laboral le dicen mobbing, mirá vos-. Jason Bateman, Jason Sudeikis y Charlie Day serán los empleados –las víctimas de la hostilidad, digamos-. Aquí, con un par de tragos mediante, en connivencia del segundo terceto, surgirá una nueva entidad: la del confabulador. Un ex convicto y buscavidas, personificado por Jamie Foxx, será el que diseñe el mismísimo plan de asesinato –de factura hitchcockiana- que no podrá fallar. O, tal vez, si la cosa no se cumple, suceda todo lo contrario.
La trama, de por sí sola, significa una bocanada de aire fresco ante la explotación de la Nueva Comedia Americana –de Judd Apatow a Greg Mottola, pasando por Nicholas Stoller y Todd Phillips- y su miedo al planeta adulto. Acá, la problemática impuesta tiene más que ver con una norma madura –en efecto: el trabajo asalariado y sus relaciones inevitables-. En consecuencia, su público objetivo significará no tanto el adolescentes más sí el experimentado. La cuestión, entonces, está en si podrán efectivamente cumplir su cometido o serán, a fin de cuentas, otros de los tantos soñadores de aquel impulso refrenado de mandar bien a cagar al patrón. Por las dudas, vamos a verla.

Tres “bosses” para enviar a despanzurrar apenas nos liquiden el aguinaldo
Infumables que generan, vía el contrato de trabajo, una dependencia despreciable. Por eso, le rendimos tributo a esos cabecillas mandones-gritones-soretones de la cultura pop. Ya nos estamos arrepintiendo de la botonada...


1. J. Jonah Jameson de Spider-Man (cómics, serie animada y películas)
Desde The Amazing Spider-Man #1, el propietario y director del Daily Bugle rara vez deja de gritarle a sus empleados y, por supuesto, Peter Parker no será la excepción.

2. Miss Daisy (Jessica Tandy) de Paseando a Miss Daisy (Driving Miss Daisy, 1989)
Esta viudita, prejuicios sociales y raciales mediante, carga contra todo y todos. Ejemplo nefasto de racismo pasivo –¡pobre Hoke Colburn!- devenido amistad entre colores.

3. Miranda Prestly (Meryl Streep) de El Diablo Viste a la Moda (The Devil Wears Prada, 2006)
Fría como un témpano, respetada por el mundo fashionista, la editora de la revista Runway vuelve mona a su asistente Andy Sachs (Anne Hataway) porque así le place.

Crímenes filiatorios: Liquidame a la Tía Marta
Películas en las que alguien, por alguna razón en particular, mata a una persona cercana a él.

Filme: Tira a Mamá del Tren (Throw Momma from the Train, 1987)
Víctima: Mamá, Momma (Anne Ramsey)
Excusa: Es opresora e hincha huevos.

Filme: A Quemarropa (At Close Range, 1986)
Víctima: Papá, Brad Whitewood Sr. (Christopher Walken)
Excusa: Es un sorete mal cagado.

Filme: Henry: Retrato de un Asesino (Henry: Portrait of a Serial Killer, 1986)
Víctima: Hermano, Otis (Tom Towles)
Excusa: Es violento y degenerado.

Ghostwriter carátula de Del Triple 6 para VideoFlims

MEDIO: VideoFlims.com.ar
FECHA: Agosto 2011
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Lo que usted tiene entre sus manos es un compilado de cortometrajes con lo mejor y más selecto de la productora nacional Del Triple 6, conformada por docentes y egresados del Instituto de Arte Cinematográfico de Avellaneda (IDAC), cuna de enormes cineastas de trascendencia mundial. Un séptuple programa, a la vieja y querida alternative cinema de los grindhouse neoyorquinos, nacido en las entrañas de la cinefilia del sur, teniendo la particularidad de que todas comparten profesionales y, también, locación: el caserón Del Triple 6, ubicado en el barrio de La Boca.
Aquí, en esta fina curaduría, abocada siempre al “cine de género”, en especial al fantástico y suspenso, filmados todos en Súper VHS y Mini DV, encontraremos –entre otros- el corto Cambios (2004), dirigido por Marcelo Gil, trabajo seleccionado para concursar del BARS 2004, en el que una ucronía modifica el quehacer cotidiano hasta el punto de no encontrarle jamás una salida. Asimismo podremos ver Diarios (2007), un policial noir de acuses y traiciones, dirigido por el binomio Ignacio Suárez Rubio y Mariano Borgognone, distinguido en el 8vo Festival Internacional de Escuelas de Cine (Montevideo, Uruguay). Además, estará disponible El Último Trabajo (2010), de Mariano Castaño, un policial de tintes fantásticos estrenado en el BARS 2010. Por su parte, En Nuestro Tiempo (2005), otro de los filmes a disfrutar, partícipe del FEISAL 2005, es un cortometraje de ciencia ficción que plantea una historia contrafactual donde el legado para el mañana resulta –siempre- fundamental. Hecho para el Concurso Videominuto de Metrovías, Victimas (2002), dirigido por Marcelo Gil, incursiona en el sub-género de vampiros siendo tanto conciso como efectivo. Llegando al final, nos regocijaremos con Yohreya (2003), opus de Néstor Fonte que participó de la Semana del Cine Joven INCAA 2007, del Festival Internacional de Cine de la Cinemateca Uruguaya de 2006 y, en el mismo año, del FEISAL, acerca de una mujer con unos traumas particulares, quien –para librarse- tomará la peor de las decisiones o, tal vez, acaso, la mejor. Por su parte, de este compilado saldrá a luz un corto inédito, I Love (2005), de Néstor Fonte, una oda al cyberpunk en la que habrá organismos superiores –vinculados a lo tecnológico- que controlarán cada centímetro del devenir.
Lo dicho: esta es una oportunidad inmejorable para ver, gozar y disfrutar de una buena parte de la producción “de género” hecha completamente en factura independiente, nacional y, sobre todo, popular.