Nota: "Un batiburrillo de asuntos gamers"

MEDIO: Revista Games Tribune (España), número de Noviembre 2010
FECHA: Octubre 2010
http://www.gamestribune.com/descargas/GTM21.pdf

Un batiburrillo de asuntos gamers…

UNO: La industria argenta on the top
Hace unos pocos días salió publicado en el Diario La Nación, uno de los más respetables y populares de la República Argentina, un artículo sobre la industria de los video juegos. Dicha nota rezaba sobre la existencia de 65 empresas criollas que desarrollan productos para todo el mundo.
Así, tal parece que después de reiteradas crisis económicas y ninguneos del mainstream más conservador, las empresas desarrolladoras de video juegos argentinas figuran entre las más destacadas del planeta: el ejemplo más claro es el de FIFA 2010, uno de los games más vendidos del año, desarrollado en gran parte por cerebros argentinos. Efectivamente, leyó bien: el mismísimo FIFA 2010, como así también muchos otros de la Sony PlayStation 3 y la Nintendo Wii, tuvo como uno de los developers más importantes a Globant (chequeen el about us en www.globant.com, no tiene desperdicio).
Como ya lo hemos tratado en estas mismas páginas, y si bien la cifra de 65 empresas parece notable (de hecho, es sumamente festejable), hay una realidad: se trabaja casi siempre para el AAA de Europa y los Estados Unidos y poco, muy poco, para el mercado interno –salvo, por supuesto, pequeñas aplicaciones o apps concretas para redes sociales-. De cualquier forma, conforme exista trabajo, se genera una conciencia positiva en el mercado global de los video games: lo dicho, el capital intelectual sudamericano es cada vez más ponderado y requerido en el mundo. Bien, muy bien.

DOS: ¿Alguien dijo periodismo?
Trabajar en periodismo te lleva a lugares atípicos, casi siempre maravillosos, a veces extraños, pero siempre -cuanto menos- atractivos. Escribir sobre drogas para una conocida revista española, ponerme cahierista con algún bodrio cinematográfico local, reclamar el pago de una nota porque el banco que emitió el cheque no existe en mi país, reseñar algún libro para ignoto blog, armar el catálogo de un conocido festival de terror, colaborar con alguna revista de oposición ideológica a la de uno sólo para pagar la renta a fin de mes, o escribir a todo trapo, con mucha honra y placer, sobre cine 3D para otrora una de las mejor publicaciones en video juegos de toda Sudamérica: [i]rrompibles. De esta forma, seguramente para mitad de Diciembre, la desaparecida revista (pero nunca perecida) dedicará un especial –como los buenos viejos tiempos, como la coyuntura merece- a lo mejor del año: El libro de oro de [i]rrompibles 2010. Sí, lo que usted acaba de leer es una tremenda y descarada publicidad. Hágame caso y aprenda: ni bien salga, ¡cómprelo y disfrute de la mirada gamer sudamericana por doquier! ¡Sepa que hay mucho más de qué informarse que en los medios tradicionales!

TRES: Odiosa bitácora cotidiana
Un amigo, de salario estándar, autodefinido de “mente abierta” (léase: “vanguardista”, e importantes son sus comillas) y con ganas de gastar unos morlacos en ocio, me preguntaba qué consola le convenía comprar según su perfil. Después de mucho dudar –y es que comprar una consola por estos lares es toda una inversión- nos pusimos a la caza de la consola perfecta (según el bolsillo y el profile, claro está). Después de recorrer inconmensurablemente la calle, consultar y lidiar con especialistas (ajám, esos nerds que trabajan en las tiendas son “especialistas garantizados”), navegar en sites de compra & venta online (y hasta, incluso, comprar y cancelar esa misma compra posteriormente por creerla inapropiada), histeriquear con alguna que otra plataforma avant garde como quien intenta seducir a una sofisticada mujer que no le convence del todo, supe leer entre líneas, iluminar esa confusa oscuridad y escuchar la siguiente frase: “es que a mí me gustan los juegos más bien simples, elementales, como para niños”. ¡Dios! Era tan obvio. Por un momento lo odié y supe que, como en la mayoría de las veces, la opción más primaria es siempre la correcta. Le sugerí con desidia comprarse una Nintendo Wii y... todos contentos. Él con su flamante consola y yo... bueno, todos contentos menos yo, que caminé muchísimo y me han salido evitables ampollas de agua, que soy una especie de Grinch de mente cerrada (ergo, fundamentalista de Sony), fanático de su PlayStation y proselitista de los “juegos complejos, como para adultos”. La próxima, dejando dudas cartesianas y yendo más a lo instintivo, ya saben que la opción más clara es la que sirve y, también, sepan a quién no tienen que preguntarle a menos que quieran una PlayStation 3, mi favorita. He dicho.

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