Entrevisté a Astor Mogetta, niño de 8 años cantante de As y la Masa Atómica para el Suple No.
| Por Hernán Panessi
Tres coloridos dinosaurios de plástico
decoran una mesa. En el piso, una especie de motocicleta piloteada por The
Joker se suma a la foto. Una taza rotulada con el nombre “Victoria” contiene el
desayuno: leche con café, no café con leche. Peinado rockero, camisa a cuadros
con una remera debajo que acompaña el molde. “Uy, mirá, otro gol de Donovan, el
Capitán América”, dice, señalando a la TV. Donovan es Landon Donovan, quien
supo ser el chico de oro de la selección de fútbol norteamericana. Y el chico
de oro es, acá, en este relato, un niño de ocho años que acopia data, amigos y
una capacidad inagotable de producción.
Su nombre es Astor. El de
su padre, Flavio. Si se apela a la memoria de las historias previas, un
apellido es el que se desplaza naturalmente: Cianciarulo. Y no. La historia de
Astor y Flavio es otra. Ambos son los Mogetta. Flavio, periodista, docente y
padre es, también, bajista de la banda platense Miro y su Fabulosa Orquesta de
Juguete. Astor es su hijo, cantante de As y la Masa Atómica –que en sus
comienzos supieron ser As y su Increíble Orquesta de Hamsters, bautizados por
su madre, la dueña de la taza rotulada, la de la leche con café-, conjunto que
ya tiene en su haber un disco (“Terremoto”) y que cuenta allí con colaboraciones
de (nuevos) monstruos de la talla de Santiago Motorizado o Laura Citarella. Y
que, por si fuera poco, en sus filas figuran: Seba Pardo (Thelefon) y Bruno
Cartocio en guitarras, Joaquín Inza (Miro y su FODJ) en batería y su padre,
Flavio, tocando el bajo.
En el primer grado del
colegio hubo un acontecimiento que le llamó la atención a todos. Astor no era
un chico que celebre Manuelita, El Sapo Pepe o Violetta. Su manual de aquel
entonces tiene escrita aún –en un fuerte trazo de lápiz empuñado por una frágil
criatura- una anécdota que lo pinta entero. Su maestra le pidió a los alumnos
escribir sobre un tema libre. Y él, rockero, puso enterita -¡y de memoria!- la
letra de “Mi próximo movimiento”, uno de los temas más apocalípticos de la
siempre ídem Él Mató a un Policía Motorizado. El desconcierto fue tal que
llamaron a la directora. ¿Un nene de seis años hablando de subir al techo a ver
el desastre bajo la luz de la luna gigante? “Le dije que se quedaran
tranquilos, que era la letra de mi canción favorita”, apunta el niño con la
soltura de un grande.
Fanático del fútbol –su
cuarto está decorado con pósters de Leo Ponzio, David Trezeguet y Rodrigo Mora,
además de contener una pila interminable de revistas Tiki Tiki y afines-, le
compuso una canción a su ídolo máximo: el Pipita Higuaín. “¡Cuánto te quise en
el fútbol! Te amé. Goles históricos a Boca. Y uno de taco”, expresa con emoción
la letra de “Pipita” en honor al hoy número 9 del Nápoli italiano. “Yo juego de
defensor porque le meto patadas a todos”, comenta Astor, que la rompe en la
categoría 2005 del Club Atlético City Bell.
Y, como buen rockero, sostiene una actitud contrasistema: “Messi es un
amargo”. Para hacerla completa, remata: “De grande me gustaría ser futbolista y
músico, como el Mono Burgos o el Rifle Pandolfi”.
En el Bandcamp de As y la
Masa Atómica se encuentra colgado el
disco “Terremoto” y algunos temas sueltos a dúo con Lautaro Barceló, su
profesor de guitarra y uno de los cerebros detrás del sello digital Uf Caruf!
En “Terremoto”, Astor muestra un desarrollado interés por la ciencia ficción,
el fin de los tiempos y las tragedias. ¿Su hit? “Las Montañas”, tema que
–incluso- reversionó cándidamente Santiago Motorizado. Reconoce: “Escribo las
letras mirando la tele, el noticiero”. “Soñando, para el segundo
disco, me gustaría tener a Los Beatles. Y de acá, a Sr. Flavio o Tan Biónica”,
sueña. As y la Masa Atómica, que ya asoman la nariz –entre tanto juguete, entre
tanto dinosaurio- como una de las bandas más vanguardistas de la escena
platense, atienden acá: http://asylamasaatmica.bandcamp.com/
As y la Masa Atómica tocarán el 24 y 25 de agosto en el
Festival de Arte Joven de La Plata.
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