Nota sobre Kung Fury en el Suple NO, de Página/12. Acá, la versión online.
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Por Hernán Panessi
Instrucciones
de uso: agarrar todo el cine de súper acción de los ochenta y tirarlo a la
basura. Nada más. Y tras hallar a la taquicardia en sintonía fina con la
emoción, la nerdencia no para de transpirar ansiedad al conocer el trailer de Kung
Fury. ¿El trailer de qué? Una demencia brutal que busca financiamiento vía
la plataforma Kickstarter.
Se trata de una
espectacular comedia de acción con un fuerte anclaje visual en el imaginario de
los policiales ochenteros. Dirigida y protagonizada por David Sandberg, King
Fury mezcla como una coctelera rock & pop a dinosaurios, vikingos,
robots, arcades que disparan a rolete –no, no leyeron mal-, dioses, expertos en
kung-fu y abiertas referencias al riñón más profundo del cine clase B. ¿Algo más?
Sí, nazis.
¡Púm!, patada en
la cara. Y Kung Fury aspira a romperla toda. Para su concreción, este
proyecto necesitaba originalmente de unos 200 mil dólares. La noticia: hasta el
momento, con más de 9 mil colaboraciones, llevan juntados más de 300 mil. ¡Púm!,
otra patada más. Y con el reloj a favor –tienen, por delante, más de 20 días de
un Kickstarter vigente-, todo parece indicar que su billetera engordará
muchísimo más.
En la historia, unos
malosos se pasan de vivos con un oficial de policía. Y ante la primera
dialéctica, hacen volar el patrullero al carajo. En medio de esa irreverencia,
Kung Fury, un oficial justiciero con olor a Jimmy o Billy de Double Dragon,
pilotea una Lamborghini Diablo, se sube a su techo y carga contra los malosos.
Tras ese episodio tendrá que devolver su placa y un objetivo improbable saltara
a la vista: matar a Hitler. Pero, atención, no a cualquier Hitler: a un Hitler
Kung Fu a... ¡Kung Führer! Así, con ayuda de un recontra hacker viajará en el
tiempo hacia el pasado. Pero se les va la mano y llegan hasta tierras nórdicas
dando con una asgardiana armada de una AK-47. Luego de un pequeño diálogo,
acuden a la ayuda del mismísimo Thor. Ahora sí, ni Hitler ni los nazis tienen
nada que hacer con este trío cósmico.
En apenas 2 minutos y 20
segundos, la acción va de Miami en los 80, a la Alemania de los años 40 y desde
ahí, sin solución de continuidad, hasta las tierras asgardianas. Entre tanto,
valiéndose de un monitor CRT, un Power Glove de Nintendo –ese periférico
imposible que permitía recrear, mediante un brazo mecánico, movimientos en
tiempo real-, varias Spectrum ZX, Commodere 64 y tal, los héroes ponen un
encuadre de situación al cuento: del vintage a la posmodernidad hay un solo
paso.
El responsable del
proyecto, David Sandberg, que parece tener bien en claro qué es lo que garpa en
Internet, aseguró en Kickstarter que si consiguen la financiación propuesta –la
posta: ya es un hecho-, el film se distribuirá gratuitamente por Internet.
¿Cuál es la génesis del proyecto? “Cuando lo empecé, fui conducido por una
fuerte pasión por los 80 y las películas de acción para crear un film único que
el mundo nunca antes había visto, y que ha dado lugar a un tráiler acabado”,
dijo Sandberg.
Lo invertido hasta el
momento es una cifra mínima –unos 5 mil dólares- en comparación con lo
conseguido. La mayor parte del film estará hecho con croma (esos fondos verdes
donde el cine, últimamente, apoya su cuerpo -¿vieron 300? Bueno, está
hecha a puro croma-) y editada por computadora. Con el dinero recaudado,
Sandberg contratará a siete artistas visuales para que trabajen en la
postproducción durante seis meses y, de esta manera, terminar la película.
Todos los que quieran
colaborar con esta producción maravillosa (¿la mejor de los últimos años?, ¿el
más efectivo proyecto crowdfunding que ha dado Dios 2.0?, ¿la más perfecta gema
que creó la humanidad?) podrán hacerlo a través de su Kickstarter (http://www.kickstarter.com/projects/kungfury/kung-fury)
y las recompensas van desde acceso a material exclusivo, pasando por una
edición blu-ray de lujo hasta tener un rol importante en la historia. De esta
manera, el sueño húmedo de la nerdencia será película y será de todos.
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