Perfíl de John Carpenter

MEDIO: Haciendo Cine
FECHA: Julio 2011
Tapa
UNO
DOS

Perfiles | John Carpenter

Vuelve el maestro del horror. Regresa a las andadas John Carpenter, uno de los directores más influyentes de todos los tiempos, quien, después de un parate, estrena su opus número veintiuno: Atrapada. Por eso, HC se entromete en lo más profundo de la oscuridad y te cuenta todo acerca de este genio del terror moderno.

Por Hernán Panessi

UNO
Impulsado por el bello y perverso encanto universal de hacer listas, ya lo trató el genial Umberto Eco a través de El vértigo de las listas, John Carpenter divulgó la suya acerca de sus 5 películas favoritas de todos los tiempos vía el sitio Rotten Tomatoes. Ahí, el director de joyas de culto como Escape de Nueva York y Viven, elegía como destacados a filmes universalmente reconocidos, sin sorpresas ni sobresaltos más que el de recomendar, por ejemplo, a los Hermanos Coen –ya no son ninguna novedad sino, más bien, una fija- y admitirse fanático del género western –siendo un admirador confeso, desde sus comienzos, de Howard Hawks-. Su lista, y es que siempre resultan ombliguistas de quien las compone, (¿o no James Joyce que vos hiciste una con todas las cosas que tenía Leopold Bloom en el cajón de la cocina en Ulises?), incluía a clásicos como –anoten, ¡es una orden!- Sólo los ángeles tienen alas, Rio Bravo, Ciudadano Kane, Vértigo y Blow-Up. Aprendiendo de cine viendo cine. Y es que Carpenter no sólo tuvo formación asistémica y lúdica, sino que, además, se forjó con los mejores en la Universidad del Sur de California, donde se han graduado pichones de la talla de John Wayne, George Lucas y Robert Zemeckis. Siguiendo con esa visión norteamericana de la vida, el ideal del imperio, be the best you can, trató de ser el mejor y vaya que lo consiguió. Aunque, ojo, a buen alumno buen maestro, y que ser el mejor no signifique ser el más delicado políticamente, lo concretó de la mano de tipos como John Ford, Alfred Hitchcock y Orson Welles. Por eso, Quentin Tarantino, el Gran Hermano del cine, otro ávido en esto de hacer listas, ha dicho que Halloween, obra cumbre de Carpenter, se encuentra en el top 5 de sus grindhouse films y que La cosa de otro mundo es una de las películas más cool de todos los tiempos. De ahí, tal vez, que nos guste ser voyeurista de las listas, porque expresan los gustos de cada uno y hasta, como el caso del gran Carpenter o mismo el de QT, su aprendizaje significativo. Todos tenemos derecho en la vida, y por lo menos debemos hacerlo una vez, de hacer nuestras propias listas; pero cuando hablan los que saben, escuchamos...

DOS
[...] Percibimos, prestamos atención. En palabras de Pierre-Joseph Proudhon, revolucionario y filósofo político francés, “Históricamente, el anarquismo se centra en el individuo y en la crítica de su relación con la sociedad, su objetivo es el cambio social hacia una sociedad futura”, y aquí aparece la inflexión crítica de su obra. Palabras que, parece, nuestro anarquista favorito, John Carpenter, siempre más cerca de George Romero que de Wes Craven y David Cronenberg, ha tomado al pie de la letra para encarar su laboro como cineasta. Criado en los 60s, tiempos de profundas revueltas sociales en Norteamérica –los asesinatos de JFK, Robert F. Kennedy y Martín Luther King, la Carrera por el Espacio, la Crisis de los Misiles, la intervención de Estados Unidos en Vietnam- e influenciado por los 70s –el escándalo de Watergate, la renuncia de Richard Nixon y, aquella gota que rebalsó el vaso, la pérdida de la Guerra de Vietnam-, sus películas, que siempre demostraron las muecas de los modos de vida yankees, atentan violentamente como una tenaz ruptura al american way of life. Lo catapultan como un anarquista individualista, un ser liberal. Cuestión, ella, que por prepotencia de trabajo, o por diferenciación ideológica, lo ha llevado a convertirse en un autor clásico, aunque ha tenido que soportar el paso del tiempo para ser recuperado y legitimado. Profusa es la intención política detrás de sus películas y ahí sí que no se salva nadie. Cualquier institución de orden social que intente organizar el comportamiento de los individuos ha sido objeto de su atención. De esta forma expresa su anarquismo y es cierto que no hay mejor manera. Así, las autoridades sociales como la Iglesia –caso, Vampiros-, la policía –caso, Asalto al precinto 13-, los adultos –caso, Halloween-, las instituciones capitalistas, los modos de consumo y los gobiernos republicanos –caso, Viven- o, incluso, cualquier entidad de peso que usualmente debería ser respetada –caso, En la boca del miedo, donde todo lo que uno cree puede venirse a bajo-, son tomadas por JC para demostrar la crueldad, la estupidez y las deficiencias de sus implementaciones. Por eso, la proyección de Carpenter en pantalla termina siendo, la transferencia, con permiso de Freud, su Snake Pliskken (magistralmente interpretado por Kurt Rusell en Escape de NY y Escape de LA). Por eso, siempre da la impresión de no creer en nadie. Por eso, y por muchas cosas más...

TRES
[...] Decir que Atrapada es una película menor u otra Serie B casposa es sumamente injusto. Y más a sabiendas que la peor película de Carpenter podría ser la mejor película de cualquier otro director. Es éste un thriller de horror ambientado en el año 1966, en el que una mujer queda internada después de fantasmagóricos incidentes. Dicen que será la catapulta a un proyecto más ambicioso llamado L.A. Gothic, obra que de cualquier manera lo saca a lustre después de casi 10 años de inactividad, renegando siempre sobre cómo funcionan los estudios y volviendo a trabajar de manera independiente. Fue Mick Garris, conocido por ser adaptador de las novelas de Stephen King, quien con su Masters of Horror lo convenció para que vuelva a filmar, después de la fallida pero encantadora Fantasmas de Marte. En Atrapada se notan sus obsesiones, se perciben allí sus intenciones de siempre. No faltarán el nihilismo, ni las amenazas sobrenaturales, ni las patadas a los tratamientos psicoterapéuticos in extremis (link directo con Halloween), ni siquiera esa predilección por degollar cogotes. Sorprende, desde luego, con un gran giro sobre el final y con un terrorífico manejo del factor climático. Es cierto, no termina siendo una genialidad. Muchos señalan que firmada por otro director sería intrascendente; emergiendo su frase de cabecera, que le calzaría perfecto a tal situación: “El Terror siempre va a existir, el género terror nació con el cine, todos tenemos miedo, todos le tememos a las mismas cosas”. Sin embargo, pese al capricho de los escépticos, Carpenter sigue distinguiéndose sobre el resto, diga lo que diga, haga lo que haga y filme lo que filme. Por eso, y ahora sí, este es el último de los condicionales que empleo, Atrapada será vista en unos años como una fina masterpiece digna de uno de los mejores directores de cine en la historia y primera en la lista del siguiente cinéfago circa 2020.

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