Nota de Quiero Matar a mi Jefe (Horrible Bosses, 2011)

MEDIO: Revista La Cosa
FECHA: Agosto 2011
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Todos, en algún momento de la vida, hemos querido matar a “ese” que resulta que ser nuestro jefe. Nos choca cómo nos pide las cosas, cómo llega a la hora que quiere y se va temprano, cómo nos obliga a hacer cosas en las que no creemos, etc. Por ello, ya que se estrena Quiero Matar a mi Jefe, le pedimos a Hernán Panessi que preste atención a cómo lo hacen Bateman, Sudeikis y Day para, algún día, de ser necesario, ponerlo en práctica.


Seguro, y es que resulta más realidad fáctica que cliché popular, una y otra vez golpea en la mente de los trabajadores la idea loca de matar a sus jefe después de una tensa jornada laboral. Claro, esto tiene sus exageraciones y es posible que se trate, nomás, de una fantasía de disposición irrealizable y otrora deseo perverso del castigado. Aunque, por supuesto, existen excepciones, donde la proyección mental puede hacerse verdaderamente carne, como en Quiero Matar a mi Jefe (Horrible Bosses, 2011). Para esta comedia (¿cómo tratar esta problemática desde otro género?), la Warner Bros. puso a un director tan versátil que resultó capaz de, por un lado, elevar hasta el cielo la figura del nerd –The King of Kong: A Fistful of Quarters (2007)-. Por otro, de explorar la economía desde puntos de vista poco tradicionales –Freakonomics (2010)-. Y en medio, obvio, de dirigir una película en la que sacara chapa de yo-también-puedo-con-las-comedias-convencionales: Como en casa en ningún sitio (Four Christmases, 2008). Así, Seth Green, realizador en cuestión, es quien, ahora, con Quiero Matar..., expone a tres jefes detestables ante la idea, siempre proletariada, de: ¿y si diseñamos un plan para acabar con ellos de una maldita vez por todas?
Jennifer Aniston, Kevin Spacey y Colin Farrell encararán a los mandamás acosadores –en psicología laboral le dicen mobbing, mirá vos-. Jason Bateman, Jason Sudeikis y Charlie Day serán los empleados –las víctimas de la hostilidad, digamos-. Aquí, con un par de tragos mediante, en connivencia del segundo terceto, surgirá una nueva entidad: la del confabulador. Un ex convicto y buscavidas, personificado por Jamie Foxx, será el que diseñe el mismísimo plan de asesinato –de factura hitchcockiana- que no podrá fallar. O, tal vez, si la cosa no se cumple, suceda todo lo contrario.
La trama, de por sí sola, significa una bocanada de aire fresco ante la explotación de la Nueva Comedia Americana –de Judd Apatow a Greg Mottola, pasando por Nicholas Stoller y Todd Phillips- y su miedo al planeta adulto. Acá, la problemática impuesta tiene más que ver con una norma madura –en efecto: el trabajo asalariado y sus relaciones inevitables-. En consecuencia, su público objetivo significará no tanto el adolescentes más sí el experimentado. La cuestión, entonces, está en si podrán efectivamente cumplir su cometido o serán, a fin de cuentas, otros de los tantos soñadores de aquel impulso refrenado de mandar bien a cagar al patrón. Por las dudas, vamos a verla.

Tres “bosses” para enviar a despanzurrar apenas nos liquiden el aguinaldo
Infumables que generan, vía el contrato de trabajo, una dependencia despreciable. Por eso, le rendimos tributo a esos cabecillas mandones-gritones-soretones de la cultura pop. Ya nos estamos arrepintiendo de la botonada...


1. J. Jonah Jameson de Spider-Man (cómics, serie animada y películas)
Desde The Amazing Spider-Man #1, el propietario y director del Daily Bugle rara vez deja de gritarle a sus empleados y, por supuesto, Peter Parker no será la excepción.

2. Miss Daisy (Jessica Tandy) de Paseando a Miss Daisy (Driving Miss Daisy, 1989)
Esta viudita, prejuicios sociales y raciales mediante, carga contra todo y todos. Ejemplo nefasto de racismo pasivo –¡pobre Hoke Colburn!- devenido amistad entre colores.

3. Miranda Prestly (Meryl Streep) de El Diablo Viste a la Moda (The Devil Wears Prada, 2006)
Fría como un témpano, respetada por el mundo fashionista, la editora de la revista Runway vuelve mona a su asistente Andy Sachs (Anne Hataway) porque así le place.

Crímenes filiatorios: Liquidame a la Tía Marta
Películas en las que alguien, por alguna razón en particular, mata a una persona cercana a él.

Filme: Tira a Mamá del Tren (Throw Momma from the Train, 1987)
Víctima: Mamá, Momma (Anne Ramsey)
Excusa: Es opresora e hincha huevos.

Filme: A Quemarropa (At Close Range, 1986)
Víctima: Papá, Brad Whitewood Sr. (Christopher Walken)
Excusa: Es un sorete mal cagado.

Filme: Henry: Retrato de un Asesino (Henry: Portrait of a Serial Killer, 1986)
Víctima: Hermano, Otis (Tom Towles)
Excusa: Es violento y degenerado.

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