Nota: La Chica del Dragón Tatuado, de David Fincher

MEDIO: Revista Haciendo Cine
FECHA: Enero/Febrero 2012
Reseña

Complicada y aturdida

David Fincher sigue dando caña. Ahora, bajo el amparo de una oscura trilogía –la de Millenium, obra de Stieg Larsson- de probada efectividad, se despacha con una reversión original de tal y, de paso, sigue afianzándose como uno de los cineastas de elite que mejores manejan los coloquios en la actualidad. Por Hernán Panessi

Resulta curioso. Aún sin estrenarse, la cadena MTV de los Estados Unidos eligió la cinta La Chica del Dragón Tatuado como la “Mejor del Año”. Así, la mano del cineasta David Fincher, posada encima de la del (antes) finito y malogrado y (ahora) célebre, eterno y bien ponderado escritor sueco Stieg Larsson, más el cuerpo de la irremplazable (y, al presente, emblemática) Rooney Mara, hicieron las veces de agente orgiástico: Lisbeth Salander y la trilogía de Millenium son dos de las nuevas referencias ineludibles del consumo cultural. Son dos, por caso, de los nuevos íconos de la cultura pop contemporánea. Y, con justicia, merecen significarlos.
En La Chica del Dragón Tatuado, Lisbeth (Rooney Mara) será humillada para toda la vida pero, aún pese a esa marca vomitiva, saldrá delante de la manera más pasional y cínica posible: mediante la venganza. Sobre un derrotero de tribulaciones conocerá al periodista Mikael Blomkvist (Daniel Craig), responsable de la revista Millenium, quien se encontrará investigando por encargo una muerte sucedida 40 años atrás y, para colmo, será indagado por difamación y calumnias. Acá, Lisbeth, una hacker punk, de armas tomar, moderna y con un pasado bien turbio, compartirá junto a Mikael un sentimiento irreparable subyugado ante una representación desagraviada de las cosas: el de cometer justicia, sí, ante las injusticias.
Fiel adaptación de las novelas de Larsson apuntaladas a denunciar el maltrato de las mujeres en la siempre perfecta, y por eso fatal, Suecia, la versión norteamericana de La Chica del Dragón Tatuado, que contiene un final diferente a las versiones originales, es capaz de seguir expandiendo la milleniummanía hacia otra naturaleza, la del mundo Hollywood, aún sin tener que renegar por ser una remake que muchos, sobre todo en el bullicio infinito de Internet, desestimaban.
El manejo del misterio -que supera sensiblemente al de los libros- y las aristas criminales-sexuales responden a un postulado uniforme a toda su vestidura: la oscuridad de los personajes -esas escenas de sexo entre Lisbeth y Mikael, esa violación, esa persecución en moto, ¡esa venganza!- sostienen todo lo más sobresaliente del devenir. Son eje, guía y fruición. Sordidez, tormento y goce.
Pese a su extensión, la película dura dos horas y cuarenta minutos, a la intensidad de sus dialogos, y, sobre todo, gracias a la violencia, más la preponderante composición musical de Trent Renzor (el genio detrás de Nine Inch Nails y el responsable del soundtrack de Red Social, por el que ganaría un Óscar), el filme logra mantener al público en vilo al punto de no extrañar en ninguna instancia a la, por este entonces, transgresora de Noomi Rapace, la Lisbeth Salander original.
Por eso, quien merece párrafo aparte es, justamente, Rooney Mara, la actriz de Pesadilla en la Calle Elm (Nightmare on Elm Street, 2010) y Red Social (The Social Network, 2010), quien ha hecho de la devoción por el personaje de Lisbeth una interpretación genuina, respetuosa, axiomática y superlativa, sin titubear en cortarse el cabello, utilizar piercings & tatoos varios, aprendiendo a manejar motos, adhiriéndole un acento sueco muy convincente e incorporándole un physique du rol digno de premiar vía la Academia. Por su parte, Daniel Craig entrega una sólida y sobresaliente actuación y, a su vez, David Fincher resulta capaz de definir una estética –moderna, jovial, de adagios- y una ética –transgresora, socarrona y peculiar- aproximándose, en realización y puntuaciones, a tal nivel de perfección que pondría celoso hasta el mismísimo maestro de los detalles, Stanely Kubrick.
Está claro que los de MTV no le pifiaron ya que, una vez en el aire, La Chica del Dragón Tatuado se legará en la perpetua estima por la mesura, lo perfecto y la inmensidad. La Chica del Dragón Tatuado será, entonces, sino la mejor, una de las 10 películas más destacadas del año. Aunque la firma ya la pusieron los de MTV, casi sucribimos.

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